Los restos óseos de cinco personas desparecidas en la región Huánuco durante el periodo de violencia que vivió el país, fueron entregados hoy por el Ministerio Público a sus familiares, en una ceremonia pública realizada en la ciudad de Tingo María, provincia de Leoncio Prado.
Cuatro de ellos desaparecieron en mayo de 1988, en el caserío Huayruro, distrito de Castillo Grande en la provincia de Leoncio Prado. Se trata de Arcángel Rudolfo García Lugerio, Epifanio Mariano Gómez De La Cruz, Filomeno Justo Espinoza y Eduardo Nieto Cruz, asesinados en mayo de 1988.
Mientras que los restos de Teodomiro Julio Ibañez Bazán, desapareció 1992 en el caserío de Venenillo, distrito de Rupa Rupa.
La investigación forense permitió localizar, recuperar e identificar los restos. La aplicación de métodos genéticos (ADN), realizados por la Unidad de Biología Molecular y Genética de Ayacucho, permitió identificar los restos de los desaparecidos.
En el acto, el fiscal coordinador de la Fiscalía Especializada en Delitos de Terrorismo y Derechos Humanos, Daniel Jara Espinoza, sostuvo que los restos de las víctimas son devueltos al seno familiar en una ceremonia que refleja el sentir del Estado, y que es una muestra de la necesidad y obligación de retornar la dignidad que se les arrebató.
«Como Fiscal de Derechos Humanos quiero expresar mis condolencias a nombre de la institución que represento, esperando sinceramente que este gesto necesario de restitución digna de sus familiares sólo sea el inicio para comenzar a reparar en algo el daño causado a todos ustedes», afirmó en la ceremonia a la que asistieron autoridades locales y funcionarios de instituciones públicas.
En la ceremonia, participaron también Horacio Daniel Eguren , Jefe Nacional del Instituto de Medicina Legal; y Mónica Barriga, directora de la Dirección General de Búsqueda de Personas Desaparecidas (DGBPD) del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.