Sange Chávez Ramos (42), quien cumple una sentencia de cadena perpetua por el delito de violación sexual en agravio de su sobrina, ayer, fue sentenciado por un caso contra la libertad sexual en la modalidad de actos contra el pudor en agravio de una menor de 9 años. El fallo judicial fue leído en audiencia virtual por los magistrados del Juzgado Penal Colegiado Supraprovincial de Huánuco que además ordenaron el pago de dos mil soles por concepto de reparación civil a favor de la agraviada.
La investigación que terminó en sentencia fue dirigida por el fiscal adjunto Hugo Quesada Roque de la Segunda Fiscalía Penal Corporativa de Yarowilca. En la acusación informó que, en diciembre del 2013, la mamá envió a la menor para acompañar a su abuela que vivía sola en su casa ubicada en el jirón Estadio, distrito de Chacabamba y es donde el ahora sentenciado habría aprovechado para realizar tocamientos indebidos en su cuerpo.
La menor contó en Cámara Gesell que su tío aprovechando que su abuela salía dejándola dormida, bajaba hacia su cama para echarse junto a ella y manosearla. Dijo que en algunas oportunidades Sange bajaba su buzo para tocarle y para evitar que cuente a su abuela, le daba caramelos, chocolates y en algunas oportunidades dinero.
Incluso para ganarse su confianza dijo, que a su hermana mayor también le había hecho lo mismo, luego la menor regresó a su casa y ya no quiso ir con su abuela para acompañar y en el 2017, es donde la mamá de la ahora agraviada descubre que su hija mayor de 13 había sido víctima de violación por parte de su cuñado, por lo que acudió a denunciar el caso ante las autoridades.
Por el caso de violación en agravio de una niña de 13 años, Sange Chávez, en abril del presente año fue condenado a la máxima pena de cadena perpetua. Y ayer, el mismo juzgado lo encontró responsable por el delito de tocamientos indebidos.
Chávez Ramos, quien negó haber manoseado a su sobrina, dijo que la denuncia era por un problema de tierras en el poblado de Chaynas.
