Mediante sentencia n° 86, los magistrados que conforman el Juzgado Penal Colegiado Supraprovincial de Huánuco por unanimidad resolvieron condenar a la máxima pena de cadena perpetua a José Espíritu Sales (59) tras ser hallado culpable del delito de violación sexual en agravio de su hija de 12 años, quien producto de la agresión sexual que fue víctima quedó embarazada y alumbró a su hija. Además de la condena, los jueces María Villogas Silva, Edwin Ventocilla Ricaldi y Carlos Allasi Pari, ordenaron el pago de 12,500 soles a favor de la agraviada que a la fecha ya es mayor de edad.
CASO. En mayo del 2012, la mamá de la menor agraviada viajó a Lima para trabajar dejando a sus dos hijas al cuidado de su papá (José Espíritu Sales), quien vivía en el poblado de Huanin, distrito de Umari, provincia de Pachitea. Dos meses después, específicamente el 7 de julio, la menor que en ese tiempo tenía 12 años fue abusada sexualmente por su padre.
Según el relato en Cámara Gesell, la niña dijo que al despertar su padre estaba encima de ella sin pantalón y a ella le había quitado su buzo, y ante el reclamo de lo que estaba haciendo, el agricultor habría indicado que todo iba estar bien e incluso le prometió darle dinero para pagar a su profesora. Después de aquella noche, la menor fue ultrajada hasta en diez oportunidades, siendo la última el 8 de agosto del 2012 y producto de los abusos quedó embarazada.
El 13 de agosto, la niña que ya no soportaba los abusos decidió contar a su tía la pesadilla que vivía al lado de su padre. Asimismo, llamó vía telefónica a su mamá para informar de lo que estaba pasando y cuando fue llevada al centro de salud de Umari, descubrieron que estaba gestando. El 19 de marzo del 2013, la agraviada dio a luz en el hospital Hermilio Valdizán a su hija producto de la violación sexual fue víctima por parte de la persona que debió cuidarla, pero por lo contrario abusó de su inocencia.
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En la actualidad la agraviada es mayor de edad y su bebé tiene 8 años. Al ser consultado por su padre, dijo que lo odiaba por haberla desgraciado la vida.
