

Por Elizabeth Saly Deza Laurencio*
En el capítulo VII del libro Ética a Nicómaco, Aristóteles señala: “La virtud es un medio entre dos vicios que pecan, uno por exceso, otro por defecto.” En otros términos, para Aristóteles, la virtud Ética e un punto medio entre dos vicios que representan exceso y defecto. Pero ¿Qué relación asume con el país que llevo sus colores?
¿Quién sería? Por Fuerza Popular ¿Keiko Fujimori? O por Perú Libre ¿Pedro Castillo? La ira se enciende solo cuando se nos es evidente sentir al país en declive, como si fuera una barca; la ira se enciende cuando no se sabe hacia dónde ir, y que aun pretendiendo saber se elige el lado opuesto; entonces no hay forma que esto se nivele, porque cada quién elegirá el lado que defiende más sus intereses. Pero de qué lado hablamos, si el mayor peso de cualquier lado hundirá al país a más confusiones.
Este dilema me lleva a hacer memoria y a reflexionar sobre el gobierno del ayer y hoy. Por ejemplo, AYER la organización del gobierno inca era esplendida, no porque fuera monárquico o teocrático, sino porque había mucha seriedad, para con sus Dioses, su líder y su pueblo. La moral del pueblo inca era una jerarquía de valores basada en la verdad, honradez y trabajo; por ejemplo, al niño no se le apañaba en sus errores, sino se le enseñaba a actuar con firmeza, con respeto y el crío sabía que debía dejarse conducir con mucha disciplina, ya sea para ser un vasallo u ocupar algún cargo de gobierno. Asimismo, los mayas y aztecas también desarrollaban un modelo de gobierno extraordinario. Y HOY, en pleno siglo XXI, cuando la globalización da señal de poder, cuando va en aumento la aminoración del analfabetismo, cuando los niños ya nacieron con neuronas digitales, cuando ya creemos que tenemos el poder del mundo en la palma de nuestras manos. ¿Por qué el gobierno de un país como el nuestro no es más eficaz en comparación del ayer?
Perú, es el país más cálido de toda Latinoamérica, el país que brilla a fuego y que derrama lágrimas de lo que en sus entrañas oculta. En términos más precisos, el señor Castillo tiene intensiones positivas en querer cambiar el sistema de gobierno de nuestro país, y por otro lado, la señora Keiko también propone añadir nuevas estrategias de cambio; sin embargo aún hay confusiones. Todos sabemos que el terrorismo trajo consigo muchas violencias, muertes y dolores que aún se sienten; y el Fujimorismo, en buena fe actuó en bien del pueblo, sin sospechar que sus decisiones también generarían violencias, muertes y dolores que aún no cicatrizan.
Nos encontramos en un mal enfrentamiento, es un diseño mal construido, y en una temporada con amplísima fragilidad. Quién maliciaría la llegada de la pandemia y que, en consecuencia, los defectos de gobierno saldrían a flote, por falta de firmeza y un sobrio compromiso. Es vergonzoso ver por las calles a compatriotas defendiendo lo que en su opinión consideran importante, pero para estas elecciones considero que es necesario que cada quién vea lo que es conveniente para el país, para el pueblo peruano, para aquellos que aún siguen en las punas y en las selvas más alejadas, para aquellos que viven en asentamientos humanos esperando por más medicinas y una buena educación.
A esta su lectora, le es dificultoso no inmiscuirse en los problemas y denuncias que describe semanalmente, porque aún pisa los suelos de pueblos peruanos, porque no está en Europa o EE.UU, sino aquí entre los nuestros. ¿CUÁL SERÁ EL PUNTO MEDIO?
*Docente Bachiller de Lengua y Literatura. Escritora Pachiteana, integrante de la AEH (Asociación de Escritores de Huánuco).