En un esfuerzo por revalorizar el tarwi —también conocido como chocho— como uno de los superalimentos más representativos de la biodiversidad peruana, se logró una hazaña sin precedentes: la ensalada de tarwi más grande del mundo. La iniciativa fue impulsada por Danper, el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri), la Universidad San Ignacio de Loyola (USIL) y contó con el respaldo de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
El evento se llevó a cabo en la plaza de armas del distrito El Porvenir, en Trujillo, donde miles de personas se congregaron para presenciar el histórico logro certificado por Guinness World Records. Más de una tonelada de tarwi fue utilizada, junto con ingredientes como ajo, culantro, tomate y cebolla. Cerca de 100 voluntarios participaron en la preparación de esta gigantesca ensalada, que no solo rompió un récord, sino que también puso en vitrina el valor nutricional, cultural y económico de este grano ancestral.
La actividad formó parte de una campaña integral para visibilizar al tarwi como alimento funcional, sostenible y con alto potencial comercial. Su promoción busca fortalecer la cadena productiva, especialmente en beneficio de las familias campesinas que lo cultivan en zonas altoandinas. Para Danper, esta revalorización representa una oportunidad estratégica para avanzar hacia la seguridad alimentaria del país.
El desafío, sin embargo, no termina en la plaza de armas. Para que el tarwi se consolide como parte de la dieta nacional, se requiere incrementar su consumo, difundir sus beneficios nutricionales y establecer políticas públicas que faciliten su incorporación en programas alimentarios. Además, se necesitan campañas sostenidas que eduquen sobre su preparación y fomenten cadenas de valor competitivas que conecten a los agricultores con nuevos mercados.
El tarwi (Lupinus mutabilis) ha sido cultivado y preservado durante siglos por comunidades andinas. Su resistencia a climas adversos, crisis económicas y desastres naturales lo convierte en un cultivo estratégico. Nutricionalmente, destaca por su alto contenido de proteínas, fibra, aminoácidos esenciales, calcio y hierro. Como leguminosa, mejora la fertilidad del suelo y favorece prácticas agrícolas sostenibles.
En términos socioeconómicos, el tarwi es cultivado principalmente por pequeños productores familiares, que representan el 97 % de las unidades agropecuarias del país. En 2024, se cosecharon 22,000 hectáreas, con una producción de 13,000 toneladas métricas. Las regiones con mayor producción son La Libertad, Cusco, Apurímac, Huánuco, Junín, Puno y Áncash. Ese mismo año, las exportaciones alcanzaron los 962,000 dólares, siendo Ecuador el principal destino.
El “Día Nacional del Tarwi” se celebra cada 3 de septiembre, establecido mediante Resolución Ministerial n.° 104-2021-MIDAGRI. Esta fecha busca revalorizar el cultivo, dinamizar la economía rural y promover una alimentación saludable basada en productos nativos.
La presentación del libro ‘Tarwi: El alimento del futuro’, realizada en la Cámara de Comercio de La Libertad, precedió la actividad central y reunió a autoridades locales y medios de comunicación. Este tipo de acciones refuerzan el compromiso multisectorial por posicionar al tarwi como símbolo de identidad cultural y motor de desarrollo sostenible.






