Cerca de tres mil kilos de papa de las variedades Yungay y canchán agroecológicos, fueron cosechados por los integrantes de la asociación de productores agropecuarias ‘El Buen Sembrador de Ñauza’, ubicado en el poblado de San Antonio de Ñauza, distrito de Conchamarca en la provincia de Ambo. Luego de cinco meses de haber sembrado 200 kilos de semilla en una parcela demostrativa de 2000 metros cuadrados y asesorados por el Instituto de Desarrollo y Medio Ambiente (IDMA), los asociados vieron el fruto de su trabajo.
Lo peculiar del caso es que, en la siembra, cultivo y para controlar la rancha, los asociados no utilizaron fertilizantes y pesticidas, todo fue desarrollado con enfoque agro ecológico y para ello utilizaron abono orgánico sólido Bocashi que ellos mismos prepararon a base estiércol de animales (cuyes, gallinas, vacas) el cual mezclaron con afrecho, dolomita, roca fosfórica, ceniza, malezas picadas de todo tipo, melaza o azúcar, levadura y microorganismos de montaña.
“Antes de sembrar la semilla en los surcos pusimos cal, luego echamos bocachi que reforzamos con guano de isla y como regulador de crecimiento utilizamos el abono líquido Biol y Microorganismos de Montaña (MM) que preparamos con anticipación”, explicó un integrante de la asociación.
Informó que para controlar las plagas prepararon biocida denominado M5, el cual fue elaborado a base de MM, ajos, cebolla, kión, hiervas amargas, vinagre y aguardiente. Y para controlar la rancha, utilizaron caldos minerales (sulfocalcico y bordeles) preparado a base de azufre, cenizas, cal deshidratado y agua no clorada, el cual fue colado en un cilindro.
La siembra fue realizada en julio y con la práctica agroecológica utilizada fue romper el monocultivo con la diversificación con maíz, trigo, habas, culantro y tarwi. Cinco meses después, los asociados cosecharon el fruto de su trabajo sin uso de pesticidas y el resultado fue positivo, por lo que continuarán con los trabajos de enfoque agroecológico en estos tiempos, donde existe abuso con el uso de abonos no orgánicos, fertilizantes sintéticos y pesticidas.
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La parcela demostrativa, la primera en el poblado de Ñauza destaca como ejemplo de prácticas agrícolas respetuosos con el medio ambiente y el trabajo colaborativo.
