
Una serie de ataques armados registrados de manera simultánea en distintas zonas de Cali y el departamento de Antioquia en Colombia, dejó un saldo de al menos 13 personas fallecidas, generando alarma y conmoción en la población. Las autoridades locales han calificado los hechos como “acciones coordinadas de alto impacto”, que podrían estar vinculadas a grupos armados ilegales.
En respuesta a la violencia desatada, el alcalde de Cali ordenó la militarización inmediata de los puntos críticos de la ciudad, en coordinación con el Ministerio de Defensa y la Policía Nacional. “No vamos a permitir que el miedo se apodere de los ciudadanos. Hemos solicitado el despliegue de tropas para garantizar la seguridad y el orden público”, declaró el burgomaestre en conferencia de prensa.
Los ataques ocurrieron en la noche del jueves y madrugada del viernes, afectando estaciones de policía, vehículos oficiales y zonas residenciales. En Antioquia, se reportaron enfrentamientos en municipios del norte y del Bajo Cauca, donde también se registraron víctimas mortales y daños materiales.
El presidente de la República expresó su condena a los hechos y anunció el envío de una comisión especial para investigar lo ocurrido. Por su parte, la Fiscalía General abrió una investigación preliminar para determinar la autoría de los ataques y si existe conexión entre los eventos en ambas regiones.
Organismos de derechos humanos han manifestado su preocupación por el incremento de la violencia en zonas urbanas y rurales, mientras que líderes sociales han pedido medidas urgentes para proteger a la población civil.
La situación continúa en desarrollo, y se espera que en las próximas horas se emitan nuevos reportes oficiales sobre el estado de seguridad en las regiones afectadas.