El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó este lunes un memorando que refuerza su política de línea dura hacia Cuba, revirtiendo medidas de flexibilización adoptadas por la administración anterior y reinstaurando restricciones económicas y de viaje que impactan directamente al régimen cubano.
Según informó la Casa Blanca, el documento prohíbe toda transacción financiera directa o indirecta con entidades controladas por las fuerzas armadas cubanas, como el Grupo de Administración Empresarial S.A. (GAESA) y sus afiliadas. Esta medida busca “poner fin a las prácticas económicas que benefician desproporcionadamente al gobierno, las agencias militares, de inteligencia o de seguridad cubanas, en detrimento del pueblo cubano”.
Además, el memorando refuerza la prohibición legal del turismo estadounidense a la isla, que será fiscalizada mediante auditorías periódicas y el control de registros de transacciones relacionadas con viajes durante al menos cinco años. Estas disposiciones entrarán en vigor en los próximos 30 días.
El gobierno de Trump también exigirá una revisión de los abusos a los derechos humanos en Cuba, incluyendo detenciones arbitrarias y tratos inhumanos, así como un informe sobre los fugitivos de la justicia estadounidense que residen en la isla.
Estas medidas marcan un retorno a la política de “máxima presión” que caracterizó el primer mandato de Trump (2017–2021), y revierten decisiones del expresidente Joe Biden, quien había aligerado algunas restricciones con el objetivo de fomentar el diálogo y la apertura.
Desde La Habana, el gobierno cubano calificó la nueva directiva como una “conducta criminal y violatoria de los derechos humanos”, denunciando que refuerza el embargo económico que afecta a toda la población cubana.
Este nuevo giro en la política exterior estadounidense hacia Cuba promete reavivar tensiones diplomáticas y reconfigurar el escenario regional en los próximos meses.
