El gobierno de Trinidad y Tobago ha manifestado su respaldo a la ofensiva militar de Estados Unidos contra el régimen de Nicolás Maduro, en medio de crecientes tensiones geopolíticas en el Caribe. La primera ministra Kamla Persad-Bissessar anunció públicamente que su país está dispuesto a permitir el ingreso de tropas estadounidenses a su territorio si Washington lo solicita, especialmente en caso de un conflicto entre Venezuela y Guyana.
La mandataria caribeña aclaró que esta decisión no fue impulsada por una petición directa del gobierno de Donald Trump, sino que responde a una postura soberana de su administración frente a la situación regional. Persad-Bissessar subrayó que, aunque Trinidad y Tobago mantiene buenas relaciones con el pueblo venezolano, no dudará en colaborar con Estados Unidos si Venezuela lanza un ataque o invade territorio guyanés.
Este respaldo se da en el contexto de una creciente presencia militar estadounidense en el mar Caribe, con el despliegue de destructores, submarinos y miles de marines como parte de una operación contra el narcotráfico y en defensa de aliados estratégicos como Guyana. La disputa territorial por el Esequibo entre Venezuela y Guyana ha intensificado las tensiones, y varios países del Caribe han comenzado a posicionarse frente a un posible conflicto armado.
La primera ministra también desligó a la Comunidad del Caribe (CARICOM) de esta decisión, indicando que se trata de una medida exclusivamente nacional. Además, advirtió sobre el aumento de la violencia y el crimen organizado en la región, lo que refuerza la necesidad de cooperación militar y judicial internacional para preservar la estabilidad regional.
La postura de Trinidad y Tobago marca un giro significativo en la política de seguridad del Caribe y podría tener implicancias importantes en el equilibrio de poder en América Latina.
