
El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, expresó su profunda preocupación por el rápido colapso de las condiciones humanitarias en Gaza, tras más de 21 meses de conflicto entre Israel y Hamás. A través de su portavoz, Stéphane Dujarric, Guterres advirtió que “los últimos salvavidas que mantienen viva a la gente están colapsando”.
El jefe de la ONU lamentó los crecientes informes sobre desnutrición severa entre niños y adultos, y denunció que la intensificación de las hostilidades está obstaculizando y poniendo en peligro el sistema humanitario. La situación se ha agravado con nuevas órdenes de evacuación en zonas como Deir el Balah, lo que ha generado mayor desplazamiento y desesperación entre la población civil.
En paralelo, una veintena de países —entre ellos Reino Unido, España, Francia, Canadá e Italia— emitieron un comunicado conjunto exigiendo el cese inmediato de la guerra, y denunciaron el rechazo del gobierno israelí a permitir el ingreso de ayuda humanitaria esencial.
La ONU estima que los 2,4 millones de habitantes de Gaza enfrentan riesgo de hambruna, mientras que las operaciones militares israelíes continúan expandiéndose en el centro del enclave palestino. La agencia UNRWA también alertó sobre el aumento de casos de desnutrición y pidió que se levante el asedio y se permita el ingreso seguro y masivo de ayuda.
Guterres reiteró su llamado a un alto el fuego inmediato, la liberación de los rehenes y el respeto al derecho internacional humanitario, subrayando que “no puede aplicarse de forma selectiva”.