
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, denunció este lunes que ocho buques de guerra estadounidenses, equipados con 1,200 misiles y un submarino nuclear, se encuentran desplegados en el mar Caribe “apuntando” hacia su país. En una conferencia de prensa con medios internacionales, el mandatario calificó esta acción como “una amenaza extravagante, inmoral y absolutamente criminal”, comparable con la crisis de los misiles en Cuba de 1962.
Maduro aseguró que Venezuela enfrenta “la mayor amenaza que haya vivido el continente en los últimos 100 años” y acusó a Washington de impulsar una estrategia de “máxima presión militar” bajo el pretexto de combatir el narcotráfico. En respuesta, Caracas ha declarado un estado de “máxima preparación” para la defensa nacional, incluyendo la movilización de más de 4.5 millones de ciudadanos inscritos en la Milicia Bolivariana.
El despliegue militar estadounidense coincide con el aumento de la recompensa —50 millones de dólares— ofrecida por EE.UU. por información que conduzca a la captura de Maduro, a quien acusan de liderar una red de narcotráfico conocida como el “Cártel de los Soles”. El mandatario rechazó estas acusaciones, calificándolas como parte de una campaña para justificar una intervención extranjera.
Maduro también advirtió que esta situación no solo representa una amenaza para Venezuela, sino para toda América Latina. “Así pongan 10,000 misiles sobre nuestras cabezas, eso no va”, declaró, al tiempo que hizo un llamado a la comunidad internacional para rechazar cualquier forma de supremacismo o colonialismo moderno.