
El expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, fue puesto bajo prisión domiciliaria por orden del juez Alexandre de Moraes, magistrado del Supremo Tribunal Federal (STF), tras haber incumplido reiteradamente las medidas cautelares impuestas en el marco del proceso judicial que enfrenta por su presunta participación en un intento de golpe de Estado.
La decisión se tomó luego de que Bolsonaro violara la prohibición de utilizar redes sociales, tanto desde sus cuentas personales como a través de terceros, incluyendo las de sus hijos parlamentarios. Según el juez Moraes, el exmandatario difundió mensajes que instigaban ataques contra el STF y promovían la intervención extranjera en el sistema judicial brasileño.
Como parte de la medida, Bolsonaro deberá permanecer en su residencia, portar una tobillera electrónica, y solo podrá recibir visitas de familiares cercanos y abogados. Además, la Policía Federal allanó su domicilio para incautar teléfonos móviles y otros dispositivos que pudieran facilitar la comunicación digital.
El proceso judicial contra Bolsonaro se relaciona con los hechos ocurridos el 8 de enero de 2023, cuando miles de sus simpatizantes asaltaron las sedes de los tres poderes del Estado en Brasilia, en rechazo a la toma de posesión del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien lo derrotó en las elecciones de 2022.
La Fiscalía lo acusa de liderar una organización criminal que habría conspirado para anular los resultados electorales, incluso contemplando medidas extremas como el asesinato de Lula. Esta nueva orden judicial intensifica el cerco legal sobre Bolsonaro, quien ya se encuentra inhabilitado políticamente hasta 2030.