
Este lunes, Irán disparó una serie de misiles balísticos de corto y medio alcance contra la base aérea estadounidense de Al Udeid, ubicada en Doha, Catar. El ataque fue confirmado por funcionarios de defensa de Estados Unidos, quienes aseguraron que no se registraron víctimas ni daños significativos en la instalación.
La ofensiva fue una respuesta directa al bombardeo estadounidense del fin de semana contra tres instalaciones nucleares iraníes. Según fuentes iraníes, el número de misiles lanzados fue equivalente al de las bombas utilizadas por EE.UU. en su ataque previo.
Aunque Irán presentó la operación como una represalia “poderosa”, autoridades estadounidenses y cataríes informaron que la mayoría de los misiles fueron interceptados por sistemas de defensa aérea, y que el impacto fue mínimo. Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos condenaron el ataque, calificándolo de “injustificable” y una violación del derecho internacional.
La base de Al Udeid es una de las más importantes de EE.UU. en Medio Oriente, albergando a miles de soldados y sirviendo como centro de operaciones del Comando Central (CENTCOM). La situación ha elevado la tensión en la región, aunque tanto Washington como Teherán han emitido señales de querer evitar una escalada mayor.