
ARCHIVO – El excandidato presidencial republicano Donald Trump saluda al senador Marco Rubio, republicano de Florida, durante un mitin de campaña en el J.S. Dorton Arena, el 4 de noviembre de 2024, en Raleigh, Carolina del Norte (Foto AP/Evan Vucci, Archivo)
El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, reiteró este jueves que el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela no es reconocido como legítimo por Washington, calificándolo como “una organización criminal” que ha tomado el control del territorio nacional y opera con impunidad en la región.
Durante una conferencia de prensa en el marco de la firma de un acuerdo bilateral con Paraguay, Rubio señaló que el gobierno venezolano está vinculado al llamado Cártel de los Soles, una red de narcotráfico que, según Estados Unidos, se hace pasar por una estructura gubernamental. “El régimen de Maduro no es un gobierno. Nunca lo hemos reconocido como tal. Es una organización criminal que amenaza incluso a compañías petroleras que operan legalmente en Guyana”, afirmó el funcionario.
Estas declaraciones se producen días después de que la Casa Blanca aumentara a 50 millones de dólares la recompensa por información que conduzca al arresto de Nicolás Maduro, duplicando la cifra previamente establecida. La fiscal general Pam Bondi también acusó al mandatario venezolano de utilizar organizaciones criminales como el Tren de Aragua y el cartel de Sinaloa para traficar drogas hacia Estados Unidos.
Rubio confirmó además el despliegue de fuerzas navales estadounidenses en el Caribe como parte de una nueva estrategia para combatir el narcotráfico en aguas internacionales. “La droga es una amenaza a la seguridad nacional. Estos grupos serán confrontados”, advirtió, sin precisar detalles sobre las operaciones militares en curso.
Desde Caracas, el gobierno venezolano rechazó las acusaciones, calificándolas como una “burda operación de propaganda política”. El canciller Yván Gil y el ministro de Interior, Diosdado Cabello, defendieron la integridad del presidente Maduro y acusaron a Estados Unidos de manipular la narrativa internacional con fines geopolíticos.
Las tensiones entre ambos países se intensifican en un contexto de sanciones, acusaciones de narcoterrorismo y ausencia de relaciones diplomáticas formales desde 2017. Mientras Washington insiste en que Maduro debe responder ante la justicia internacional, el gobierno venezolano denuncia una campaña de desestabilización y agresión imperialista.