El portaaviones más grande del mundo, el USS Gerald R. Ford, se incorporó el martes al operativo de la Marina de Estados Unidos contra el tráfico de drogas en Latinoamérica, un despliegue que ha generado tensión con Venezuela, cuyo gobierno lo interpreta como una maniobra de presión para forzar la salida del presidente Nicolás Maduro.
El USS Gerald R. Ford, considerado el portaaviones más grande y avanzado del mundo, ingresó esta semana al área de responsabilidad del Comando Sur de Estados Unidos, que abarca América Latina y el Caribe. Según fuentes del Departamento de Defensa, su presencia busca reforzar la capacidad de detección, vigilancia y desarticulación de actividades ilícitas vinculadas al narcotráfico en la región.
El despliegue fue ordenado por el presidente Donald Trump el pasado 24 de octubre, trasladando el buque desde el Mediterráneo hacia aguas cercanas a Latinoamérica. El portaaviones llegó acompañado de un grupo de ataque compuesto por buques de guerra y aeronaves de reconocimiento, lo que incrementa de manera significativa la presencia militar estadounidense en el Caribe y el Atlántico.
Washington sostiene que la operación responde a la necesidad de combatir el tráfico de drogas procedente de Latinoamérica, pero Venezuela ha denunciado que se trata de una provocación directa. El gobierno de Maduro considera que la llegada del Gerald R. Ford es una forma de presión política y militar que busca desestabilizar al país y propiciar un cambio de régimen. En respuesta, las Fuerzas Armadas venezolanas anunciaron un despliegue masivo de tropas y maniobras de preparación ante lo que califican como “amenazas imperiales”.
El portaaviones, de propulsión nuclear y con capacidad para transportar más de 75 aeronaves, es el buque insignia de la flota estadounidense. Su incorporación al operativo antidrogas marca un aumento en la escala del despliegue militar en la región, lo que ha exacerbado las tensiones diplomáticas entre Washington y Caracas. Rusia también se pronunció, condenando las acciones estadounidenses y respaldando la postura venezolana frente a lo que considera un intento de intervención.
La presencia del Gerald R. Ford en aguas latinoamericanas refuerza la estrategia de Estados Unidos de combinar operaciones militares con cooperación regional para frenar el narcotráfico. Sin embargo, para Venezuela y sus aliados, este movimiento confirma la intención de Washington de ejercer presión política sobre el gobierno de Nicolás Maduro.







