Por Iván Calderón
¿Sabías que un tomar un vaso de chicha morada o de maracuyá todos los días ayuda a bajar la presión alta y que ambos contribuyen a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y degenerativas? Estas son solo algunas de las frutas que ayudan a mejorar la salud de las personas que sufren de hipertensión arterial, pero hay otros alimentos igual de beneficiosos.
Estas «recetas» caseras y tradicionales utilizadas por años de manera empírica por la población han sido corroboradas con el tiempo por la ciencia al descubrirse sus propiedades antioxidantes, beneficiosas para combatir la hipertensión arterial, regular los niveles de colesterol y hasta prevenir el cáncer.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la hipertensión como el aumento de la presión arterial por encima de los valores de 140/90 mmHg. Esto produce que el corazón ejerza una mayor presión o sobreesfuerzo sobre las arterias para bombear la sangre hacia los distintos órganos del cuerpo, lo cual puede ocasionar enfermedades cardiacas y accidentes cerebro vasculares.
Enfermedad silenciosa
El médico cardiólogo Diego Yanqui, del hospital Sisol, recordó 2 de cada 10 peruanos padece de hipertensión arterial, lo que representa casi el 20 % de la población. «Esta es una enfermedad silenciosa; luego de uno o dos años de haberse instalado en el organismo, recién empieza a manifestar síntomas en el paciente».
Las primeras señales suelen ser un leve dolor de cabeza, tinitus (zumbido en el oído) o escotomas (puntos negros o luces que el paciente afirma observar). Por lo general, la hipertensión arterial o presión alta, dijo, es una enfermedad hereditaria, pero puede desencadenar otros males como el hipotiroidismo, el hipertiroidismo, la diabetes o la insuficiencia renal crónica.
Una vez detectada la enfermedad, el paciente debe cambiar sus hábitos alimenticios a fin de mantener la presión en los parámetros normales (120/80 mm Hg). Reducir la ingesta de sal, consumir más frutas y verduras, cambiar el estilo de vida y practicar ejercicios son las indicaciones que aconseja Yanqui.
El especialista destacó que la chicha morada, la maracuyá y la piña contribuyen a disminuir la presión alta (hipertensión) debido a su efecto diurético; sin embargo, subrayó, lo más importante es que el paciente cumpla con el tratamiento médico para evitar complicaciones como un accidente cerebrovascular (ACV), infarto cardiaco, enfermedades renales crónicas o daños en la retina.
Muchos colores
Por otro lado, la nutricionista Marcelina Alvizuri, de EsSalud, sostuvo que la dieta DASH (Enfoques Alimentarios para Detener la Hipertensión) es la que se aconseja en pacientes con hipertensión. Esta consiste en reducir la ingesta de sal y aumentar el consumo de frutas, verduras frescas, granos enteros y carnes bajas en grasa.
“Hoy en día hay mucho consumo de grasas saturadas, azúcares, sodio y todo eso daña al organismo. Entonces, consumir frutas y verduras nos proporcionan antioxidantes y ayudan a evitar el envejecimiento celular”, mencionó.
La especialista dijo que es importante consumir diariamente tres frutas de diferentes colores (por ejemplo amarillo, anaranjado, verde, rojo o morado) y dos porciones de verduras, ya que «estos alimentos regulan el peso y sobre todo los niveles de glucosa en la sangre».
Cuando uno come frutas de diferente tipo de pigmentación o color, precisó, está agregando al organismo antioxidantes capaces de regenerar las células y mejorar el funcionamiento de las paredes internas de los vasos sanguíneos; incluso poseen un efecto antiinflamatorio.
Frutas recomendadas
La manzana roja o verde, por su alto contenido en fibra, ayuda a controlar el peso y mejorar la circulación de la sangre en el organismo, lo que favorece la regulación de la presión alta.
La forma más adecuada de consumir cualquier tipo de fruta es de forma natural o entera, no en jugos, porque al masticar el alimento se aprovecha mejor la pulpa y la cascara, fuentes ricas en antioxidantes, subrayó Alvizuri.
Todos los cítricos, expresó, ayudan a regular la presión alta y entre ellas tenemos el aguaymanto, la papaya, las fresas y las naranjas que también son fuentes ricas en vitamina C y están involucradas en la reparación celular y en mejorar el flujo sanguíneo en el cuerpo.
Sin embargo, advirtió que las frutas no deben consumirse muy maduras porque tienden a incrementar los niveles de azúcar del organismo y a bajar sus nutrientes.
En el caso de los hipertensos, éstos deben limitar los productos con altos índices glicémicos como el mango, la uva y la chirimoya porque si se consumen en grandes cantidades perjudicará la salud e incrementará la presión arterial.
La porción de frutas que se recomienda diariamente es de 100 a 120 gramos o el equivalente a un puño. En cuanto a la ración de verduras, dijo, lo ideal es una taza mediana de 240 centímetros cúbicos y, de preferencia, de diferentes hojas verdes porque son muy ricas en magnesio, el cual ayuda a mantener la presión arterial en sus parámetros normales.
No solo alimentos…
Pero, ¿qué sucede con las personas que no acostumbran comer frutas ni verduras? La nutricionista señaló que en esos casos, al estar alterada su microbiota intestinal, permite el ingreso de virus o agentes extraños al intestino, haciéndolos más vulnerables a enfermedades crónicas como la obesidad, diabetes o el hígado graso.
Por eso, no hay que olvidar que una dieta completa e integral está basada en frutas, verduras y la ingesta de granos enteros como la avena, menestras, quinua, trigo y las carnes magras (pescado, pollo y pavita), los cuales contribuirán a la salud de nuestro tracto gastrointestinal y reducirán el riesgo de aparición de diversos males.
Sin embargo, anotó, esta alimentación balanceada siempre debe estar acompañada de la práctica de ejercicios físicos regularmente. «Si la persona solo tiene una alimentación balanceada pero no practica ningún tipo de actividad física estará provocando que su músculo se atrofie y se llene de adipocitos de grasa, lo que generará un problema de sobrepeso”.
Un solo alimento no tiene el poder milagroso de ayudar a controlar una enfermedad crónica no transmisible, como la hipertensión, sino es la suma de una dieta equilibrada que permitirá mantener la presión arterial estable y elevar el sistema inmunológico de la persona, puntualizó la experta.
// Andina