Mucho ojo a las enfermedades oculares

Crecer con enfermedades oculares no tratadas de manera oportuna puede repercutir seriamente en la calidad de vida de un niño. Es capaz de afectar diversos aspectos de su desarrollo, desde su rendimiento escolar hasta la forma en que se relaciona con otras personas. No es para menos. El 80% del aprendizaje de los pequeños es a través de los ojos.

La oftalmóloga pediatra Jaqueline Mendoza, de la clínica Ricardo Palma, explica que la capacidad visual se desarrolla desde el nacimiento hasta los 5 o 6 años, edad en la que se alcanza el 20/20 o visión máxima. Cualquier anomalía durante este proceso puede ocasionar problemas como la baja visión y la ambliopía, también conocida como ojo perezoso.

Por ello, es muy importante hacer una primera evaluación oftalmológica completa cuando el menor cumple los 3 años.

“Al nacer solo se realiza un tamizaje para descartar malformaciones y enfermedades oculares que requieran cirugía pronta, como catarata o glaucoma”, señala la especialista, quien subraya que las patologías visuales no diagnosticadas en la infancia pueden tener secuelas importantes no reversibles en la vida adulta.

En el primer control oftalmológico completo se efectúan tres controles:

• Desarrollo anatómico del globo ocular. Sirve para descartar patologías externas e internas. Para esto se observa al niño con la lámpara de hendidura y se le realiza un fondo de ojo dilatado.

• Agudeza visual de acuerdo con la edad. Se estudia la capacidad de visión del niño al seguir objetos, distinguir figuras y contrastes. Es aquí cuando se efectúa la primera medida de vista al niño, la cual debe ser con dilatación pupilar.

• Alineación ocular. Se descarta cualquier tipo de desviación, con y sin dilatación pupilar.

Leer Anterior

22.02.2022

Leer Siguiente

Juzgado rechaza postergar el inicio de juicio a Ollanta Humala