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Los riñones son órganos vitales que desempeñan múltiples funciones esenciales para el bienestar del cuerpo humano. Entre sus principales tareas se encuentran la filtración de desechos, la producción de orina, el control de la presión arterial, el equilibrio de líquidos y sales, así como la estimulación de la producción de glóbulos rojos y vitamina D. Cuando los riñones no funcionan correctamente, pueden acumularse sustancias tóxicas en el organismo, lo que representa un serio riesgo para la salud.
Mario Encinas, jefe del Servicio de Nefrología del Instituto Nacional de Salud del Niño (INSN) Breña, señala que los riñones actúan como coordinadores del cuerpo, debido a su conexión con todos los órganos y sistemas. Esta interrelación los convierte en piezas clave para mantener el equilibrio interno del organismo.
Una de las recomendaciones más importantes para cuidar la salud renal es mantener una hidratación adecuada. Encinas destaca que beber suficiente agua diariamente es una de las formas más sencillas y efectivas de preservar la función renal. En promedio, una persona sana debería consumir entre 6 a 10 vasos de agua al día, aunque esta cantidad puede variar según la edad, peso, actividad física y estado de salud.
Tanto la falta como el exceso de agua pueden ser perjudiciales. Una hidratación insuficiente puede favorecer la formación de cálculos renales en personas predispuestas, mientras que un consumo excesivo puede alterar el equilibrio de sodio y causar sobrehidratación, especialmente en quienes padecen enfermedades crónicas.
El especialista recomienda sustituir las bebidas gaseosas, jugos industriales y refrescos con alto contenido de azúcar por agua natural. Estos productos pueden afectar la función renal y contribuir al desarrollo de enfermedades como la diabetes, hipertensión arterial y obesidad, que son las principales causas de daño renal en el Perú.
En el caso de los niños, es fundamental llevarlos a controles médicos periódicos para detectar a tiempo posibles alteraciones en la función renal, especialmente si tienen antecedentes familiares de enfermedad renal, diabetes o hipertensión. Además, se debe fomentar una alimentación saludable rica en frutas y verduras, limitar el consumo de sal, promover la actividad física y vigilar que mantengan un peso adecuado.
Cuidar los riñones es cuidar la salud integral. Adoptar hábitos saludables como una buena hidratación, alimentación balanceada y chequeos médicos regulares puede marcar la diferencia en la prevención de enfermedades renales y mejorar la calidad de vida a largo plazo.







