Un nódulo en el cuello, generalmente indoloro, puede ser la primera señal del cáncer de tiroides. Así lo advierte el Dr. Mauricio León Rivera, director de la Liga Contra el Cáncer, presidente de la Sociedad Peruana de Oncología Quirúrgica y cirujano oncólogo de la Clínica Ricardo Palma, quien subraya que la aparición de este “bulto” en la glándula tiroides debe ser motivo suficiente para acudir de inmediato al especialista y descartar la presencia de la enfermedad.
El oncólogo explica que, además de este signo principal, existen otros síntomas que pueden orientar al diagnóstico temprano: cambios en la voz, ronquera persistente, dificultades para tragar, molestias al respirar e incluso dolores reflejados en los oídos. Aunque estos indicios no siempre corresponden a un tumor maligno, la evaluación médica por un médico especialista en cabeza y cuello resulta determinante para evitar retrasos en el tratamiento.
En cuanto a las cifras, el cáncer de tiroides representa menos del 1% del cáncer en el Perú, pero su frecuencia muestra una tendencia al alza. Afecta mayoritariamente a mujeres entre los 40 y 55 años, lo que lo convierte en un problema de salud que requiere especial atención en este grupo etario.
El protocolo de detección incluye un examen físico del cuello, seguido de ecografía de tiroides. En caso de sospecha, se realiza una biopsia por aspiración con aguja fina (BAAF) del nódulo tiroideo, procedimiento que confirma el diagnóstico y permite identificar el subtipo de cáncer de tiroides: papilar, folicular, medular o anaplásico. Estos dos últimos, según el Dr. León, son los de evolución más agresiva y peor pronóstico, por lo que requieren un abordaje inmediato, aunque son los menos frecuentes.
Respecto al tratamiento, el especialista señala que la cirugía, es la principal herramienta terapéutica. En determinados pacientes, se complementa con yodo radioactivo y medicamentos como la levotiroxina, que reemplaza la función hormonal de la glándula extirpada y debe administrarse diariamente en forma de comprimidos.
El Día Mundial del Cáncer de Tiroides, que se celebra cada 24 de septiembre, busca concienciar a la población sobre la importancia de un diagnóstico oportuno. Detectado en fases iniciales, este tipo de cáncer ofrece una de las tasas de curación más altas dentro de las enfermedades oncológicas, lo que convierte a la prevención y la consulta médica temprana en los mejores aliados para vencerlo.






