
Por: Pascual E. Alejo Rettiz
En el presente artículo compartimos con nuestros lectores a manera de introducción el presente título, de uno de los pueblos con presencia histórica colonial de pertenencia preinca a la nación Yaro, mucho antes de los incas, al igual del pueblo San Santiago de Angamarca, Santo Domingo de Rondos, Virgen Purísima de Concepción de Guacar, luego San Miguel de Huácar, datos que se recoge del siglo XVI y XVII.
El pueblo Chaulla (nombre primitivo) perteneciente a la jurisdicción de Quilca, fue un pueblo importante de la nación Yaro y Yachas, antes de los incas, con su cacique Francisco Conya Pariaguana, y su principal Gaspar Cahihua, que estuvo luego de la alianza Inca Yarovilca, conformada por orejones mitimaes, puesto por “el Inca Tupac Yupanqui, padre de Huayna Cápac”, y así los encontró los españoles al trasladar la fundación de Huánuco al valle del “Villcomarca” (hoy pilcomarca).
Para 1549, en la visita que registra Juan de Mori y Hernando Alonso Malpartida en Huánuco, encuentra a Gaspar Cahihua, como principal del pueblo de Chaulla (Chaucha), quienes servían en el Tambo de Ambo y en la guaca de Huanacaure; para marzo de 1562, se encuentra registrado ciento trece personas en el Asiento y pueblo de Quilcay, integrada por Chaucha, Quinches, Llocllo, Tallosayoc, etc., con “tierra templada y de buenos pastos para todos ganados, tienen chacaras que le bastan y lo sobra…” escribiría en la visita Iñigo Ortiz de Zúñiga.
Esta parcialidad Inca – Yarovilca habitada por los Yaros y orejones del cuzco, sería para los primeros españoles una encomienda que recaía en recompensa a los servicios prestados a la corona, es el caso que Francisco Pizarro, en 1539 entregaba la encomienda de los Chupachos y los pueblos de “indios” mandando a Gómez de Alvarado a fundar la ciudad en la planicie del Guanucomarca (Dos de Mayo), siendo el primer encomendero, y que al abandonarlo, lo entregaría a su medio hermano Martin de Alcántara; años seguidos después, el Asiento del Tambo de Quilca, estaría bajo la encomienda de Antonio de Garay, al que estaba sujeto Francisco Cayco, el cacique de los Yaros para el año de 1571.
Es, en estas circunstancias, que el español aguacil don Ambrosio Bravo, quien se encontraba en posesión del Asiento de Quilca (chaulla), desde el año de 1565, por sus servicios e intervención en la pacificación de Huánuco, al participar en la captura de Hernández Girón, realizaría una petición formal por sus “20 años de servicio al Rey de España en estos reynos” al Virrey Francisco Toledo, gobernador del Perú, sobre el Asiento de Quilca, Chaucha y Torrellisayoc, ubicado a seis leguas de la ciudad, y en el camino Real (hoy conocido por el poblador como “llama camino”) que va a los Reyes, Cuzco, Quito, etc., manifestando “que dicha tierra no se han sembrado de cuatro años desde que se fundó la ciudad de Huánuco, y estando seis años al presente estoy con mis ganados, fue pedido por mi parte, haciendo merced de sesenta fanegas de tierra de sembradura, para mi sustentación y a mi familia”, hecho que ocurriría el 21 de mayo de 1571, que manda posesión a favor de Ambrosio Bravo, por orden de Francisco Toledo, y que dio cumplimiento Luis Fernández de Córdova en su condición de Corregidor y Justicia Mayor de la ciudad de León de Huánuco.
El pueblo “Virgen Natividad de Chaucha”, hoy que está cumpliendo sus 453 años de “fundación” española, como parte de un homenaje a sus hijos e hijas, hemos tratado de realizar esta “síntesis histórica”, que en los archivos coloniales guarda abundantes datos de los pueblos vecinos circundantes a su jurisdicción, en la que estamos imbuidos a encontrar las venas de su pasado, aquel que no debemos olvidar y tampoco perder, la esencia real de nuestro origen como tierra, hombre y pueblo.