
La bicicleta lleva utilizándose por más de doscientos años, surgiendo a mediados del siglo XIX como resultado de una serie de intentos por crear un vehículo innovador. Fue en 1817 que se creó el primer transporte dirigible con dos ruedas. Sin embargo, fue hasta 1861 que a Ernest Michaux se le ocurrió agregar pedales a los antiguos modelos de bicicletas dando paso a la versión más moderna de este transporte.
Sin embargo, fue hasta el 12 de abril del 2018 que las Naciones Unidas establecieron el 3 de junio como la fecha oficial para celebrar el Día Mundial de la Bicicleta, como parte de una iniciativa para promover el uso de este medio de transporte para cuidar el ambiente.
De esta manera, esta fecha es una invitación a la población para concientizarnos sobre la importancia del transporte sostenible, así como a los gobiernos de fortalecer su seguridad vial y promover políticas que permitan que la ciudadanía se movilice por este medio.
Origen de la bicicleta
La bicicleta surgió a mediados del siglo XIX como resultado de una serie de intentos fallidos para inventar un vehículo innovador, originando este maravilloso medio de transporte.
En Alemania el primer modelo estaba hecho de madera pero no tuvo mucho éxito, ya que para ponerla en marcha había que empujarla con los pies.
Después se inventaron otras bicicletas que seguían siendo rudimentarias, hasta el año 1861, cuando a Ernest Michaux se le ocurrió la idea de colocar pedales delanteros. Aunque esto no fue lo ideal, sirvió para dar el primer paso a la bicicleta actual.
En el pasado, la bicicleta representó un importante medio de transporte. Sin embargo, en el mundo moderno, se ha transformado en una necesidad.
No cabe duda que en estos tiempos, gracias a los avances tecnológicos, existen vehículos innovadores y súper equipados que se han convertido en una verdadera amenaza para la vida en el planeta, ya que expulsan agentes altamente contaminantes.
Las tradicionales bicicletas constituyen un sencillo, práctico, ecológico y económico medio de transporte que aportan beneficios para la salud. Asimismo, ayudan a disminuir los elevados índices de contaminación que afectan a nuestro planeta.
La bicicleta se puede transformar en un excelente medio para la práctica del deporte, ya que su impacto sobre el medio ambiente es 100% natural, a diferencia del que producen otros vehículos como los coches, las motocicletas y los autobuses. En pocas palabras, es un medio totalmente sostenible para los seres humanos.
¿Por qué moverse en bicicleta?
Practicar actividades deportivas de intensidad moderada, como caminar, montar en bicicleta o hacer deporte, tiene grandes beneficios para la salud. El deporte no tiene edad. Los beneficios son mayores que los posibles daños. Realizar cualquier tipo de actividad física es mejor que nada. Mantenerse activo a lo largo del día ayuda a mantener y alcanzar los niveles de actividad recomendados.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), ofrecer una infraestructura segura para las actividades físicas, como cambiar o andar en bicicleta, es el camino para alcanzar una mayor equidad en materia de salud. Para los sectores urbanos más pobres, que no pueden permitirse vehículos propios, ir a pie o en bici se puede convertir en su medio de transporte. Al mismo tiempo pueden reducir el riesgo de contraer enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, ciertos tipos de cáncer, diabetes e incluso la muerte. La mejora del transporte activo (caminar, montar en bicicleta o usar el transporte público) no es por tanto solo una cuestión de salud, puede suponer una mayor equidad y eficacia en cuanto a los costes tambien.
Satisfacer las necesidades de estos ciclistas y peatones sigue siendo, por tanto, crucial para solucionar los problemas de movilidad de las ciudades, para mitigar el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero debido al crecimiento de la población y para mejorar la calidad del aire y la seguridad vial.
Ciclismo y desarrollo sostenible
El Día Mundial de la Bicicleta llama la atención sobre los beneficios de usar la bicicleta, un medio de transporte simple, asequible, limpio y ambientalmente sostenible. La bicicleta contribuye a un aire más limpio y menos congestión y hace que la educación, la atención de la salud y otros servicios sociales sean más accesibles para las poblaciones más vulnerables.
Un sistema de transporte sostenible que promueva el crecimiento económico, reduzca las desigualdades y refuerce la lucha contra el cambio climático es fundamental para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
ALGO MAS
¿Sabías que cada año se venden más de 100 millones de bicicletas en todo el mundo? Es una cifra que cuadriplica los datos de la década de los 70, lo que revela que cada vez hay mayor preocupación por cuidar el planeta.