Los Negritos de Huánuco en Selva Central

Por: Fortunato Rodríguez y Masgo

 

La noche se cubrió de negro de tristeza, los jircas rompen su silencio con estrepitosos relámpagos, son como latigazos en la cumbre de Paucarbamba, mientras los rayos aterrizan e iluminan la temible oscuridad, se precipita una espantosa lluvia motivando a las quebradas de Puelles y Llicua que vayan a “vomitar” piedras, rocas, lodo y causen “miedo” a los que viven allá abajo.

Era una noche finales del mes de diciembre de los años 2000, cuando algunos estaban a la espera del fin del mundo, Huánuco se persignaba orando a tayta Diosito para que se lo lleve a la lluvia, porque “achachau” (miedo) da, los “chiuchis” (niños) no pueden dormir. Mientras otros esperan la salida de las diversas cuadrillas de negritos de Huánuco.

Al mismo tiempo, casi al final del patio de casa, me abrigaba mi cuarto, encendí una vela para conversar con ella, porque ya decidí emprender viaje; para apaciguar mi tristeza me acompañaba una copita de shacta y para tranquilizar a los “jircas” unos cigarros “Inca”.

Así comenzó una tertulia de soledad entre mí y los recuerdos. Los minutos y horas caminaban sin control, suplicaba al tiempo para que no camine acelerado; al menos se detenga, pero no me escuchaba. De pronto me encontré en medio de la madrugaba en medio de una y otras copitas de aguardiente para tranquilizar el alma, el dormitorio transpiraba a “humo” inca, sobre la mesa estuvo la radiograbadora “Sanyo” como siempre acompañándome con canciones de mi Huánuco querido celosamente grabado dentro de un “caset” de 60 minutos.

Ya pedí permiso a mis jircas Paucarbamba, Marabamba y Rondos, para retirarme de su predio del Valle de los Chupaychus y cuide a mi santa madrecita, pronto emprenderé viaje hacia mi destino, me voy en medio de cohetes y el redoble de la matraca del corochano, la banda de músicos huanuqueños ya interpretan el pachahuara de los negritos de Huánuco, danza costumbrista de nuestra inconfundible tierra, no sé cuándo volveré a “corretear” a los negros, no sé cuando volveré a “zapatear” con la hermosa dama del turco, no sé cuándo volveré a “chupar” con el caporal de la cuadrilla, no sé si volveré a reencontrarme con el “loco” Piñán, con Romerito y el “loco” Cueva corochanos “mayores” de la cuadrilla.

Ya los meses y años me atraparon en mi caminar en medio de la misteriosa selva, que no deja ser encantadora; justo ahora, me encuentro dentro del hermoso valle de Chanchamayo (Selva Central) disfrutando de sus “embrujos” en días inolvidables; justo ahora, tendré una cita con el tiempo, luego de más de 25 años de ausencia, volveré a reencontrarme con lo que me apasiona, hoy lo tendré dentro de mi corazón en medio de mis recuerdos que fue años atrás. Así fue, horas y días esperado; por fin, hoy será mi reencuentro, y como magia me envuelve el pachahuara, la inimitable melodía de los negritos de Huánuco, uy los recuerdos de mi niñez y juventud me atrapa, las lagrimas extraídas desde mi corazón brotan sobre mi curtido y añejo rostro, no es por dolor, sino por la alegría de volver a revivir y sentir la danza costumbrista de mi tierra, declarada patrimonio de mi Perú. Hoy lo siento dentro de mí, lo siento dentro de mi sangre, aunque mi Huánuco este lejos, pero también vive dentro de mi corazón.

Hoy 25 de mayo de 2025, luego de 25 años, a poco de 25 minutos saldrán a danzar los negritos de Huánuco por las románticas calles del distrito de San Ramon llamado “Puerta de Oro de la Selva Central” del Perú. Las matracas de los corochanos Fortunato Rodríguez Masgo y Cesar Rivera Benavides retumba la calle, los vecinos de la cuadra están apostados en sus puertas, las campanillas de los “pampas” de la cuadrilla comienza hacer llamado; de pronto, la majestuosa banda de músicos chanchamayinos entonan el pachahuara himno de la danza de los Negritos de Huánuco y comienza la danza costumbrista de mi terruño.

Los señores Caporales Lee Toshio Japan Fernández y Junior Andrés Chávez Cori con gallardía siempre llevando el ritmo danzan para la admiración de los presentes, relucen su vestimenta de luces encrespado de piedras y bordado con hilos de oro bajo la inspiración del maestro bordador, inmediatamente los guiadores Pool Jesús Bravo Nieto  y Roger Bravo Rojas encaminan a los “pampas” Álvaro Lorenzo Paucar, Jhosep Arturo Barrantes Valentín, Juan Carlos Betallaluz y otros, para acompañar a los caporales conjuntamente con los guiadores en la mudanza con pasos de 6 movimientos en su presentación, el publico aplauden a radiar, lo que veían en la televisión hoy lo ven en vivo en directo aquí en casa la Selva Central, dentro de la hidalga ciudad de San Ramon a pocos kilómetros de la bella La Merced-Chanchamayo, la emoción irradia en el rostro de los vecinos presentes, hoy queda grabado en la memoria de muchos niños por siempre de haber visto algún día de su vida a la cuadrilla de danzantes de los Negritos de Huánuco.

La bella y delicada dama Gianalle Valdivia Bravo, una hermosa señorita huanuqueña acompaña a los danzantes cogido del brazo de su turco Piero Bravo Caparachin, se roba suspiros de jóvenes galantes, ella sensual al caminar despierta la admiración, siempre llevando gallardía elegancia en sus pasos.

Realmente es emocionante estar “sigueteando” a los negros; pero hoy en plena Selva Central, me dijo Davichito, un paisano que vino especialmente para reencontrase con su pasado huanuqueño, trajo consigo a su menor hijo para presenciar la danza que caracteriza a nuestra tierra huanuqueña. “Dame tu sombrero y tu matraca” para entrar a la casa del mayordomo y locrear, fue la expresión como ficha de ingreso allá en nuestro Huánuco, que hoy lo vuelve a repetir Davicho que no olvida el pasado de su niñez.

La presentación de los Negritos de Huánuco fue gracias a la invitación Félix Santos Anco, mayordomo de la Congregación del Señor Muruhuay San Ramón-Chanchamayo-, cuya festividad fue los días 24 y 25 de mayo último. Es menester mencionar al promotor de la presentación Pool Jesús Bravo Nieto y Jesús Hamilton Bravo Peña quienes redoblaron esfuerzos para hacer realidad este anhelado deseo de muchos huanuqueños residente a lo largo y ancho de la selva Central (Oxapampa, Satipo y Chanchamayo) de reencontrase con su identidad; cual es, la danza costumbrista de los Negritos de Huánuco.

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