Por: Pascual E. Alejo Rettiz
Los chupachos tenían una organización civilizada de comunidad patriarcal antes de la Alianza Inca-Yarowilca, luego emulado y perfeccionado con la presencia de los Incas en convivencia con los Mitmas, que tenían uno de sus centros en la nación Ruma, otro en Auqimarca, como en Quera, entre otros, siendo Huanacaure, en donde solían reunirse los curacas y principales de estas naciones étnicas para tomar acuerdos y decisiones de carácter administrativo, religioso, de trabajo, tributos y de festejo de sus costumbres y tradiciones. (1)
La fundación realizada el 15 de agosto de 1539, en la capital del Chinchaysuyo de Guanuco Marca, no pudo sostenerse por la interrupción permanente del inca Yllathopa que andaba alzados en armas contra los españoles asentados en dicha comarca, al que Pizarro quito el título de “ciudad” y le consigno “villa de Huánuco”, fue este hecho que molestó a Gómez de Alvarado para que junto a los primeros fundadores y algunos pobladores españoles abandonen el “lugar rebelde”.
La nación chupacho participó en la refundación de Huánuco junto a los primeros grupos de españoles, mucho antes que Pedro Barroso, porque se había efectuado la traslación de su fundación, desde las pampas de Huánuco Viejo o “Huánuco de piedra” a su territorio conocido por los fundadores como valle del “billco”, pero por la pronunciación los españoles lo consignaron en sus escritos “pillco” o “pilco”. (2)
Los chupachos tenían como su hábitat entre los climas templados, sus principales centros de población se encontraba en los valles del Huertas y del Huallaga (una parte con dirección de Ambo a San Rafael), hasta los 3,000 m.s.n.m., como se les conoce ahora (antes lo denominaron ríos grande); no compartimos con algunos historiadores que sostienen que eran “sumisos”, “débiles”, y que servían a los incas. (3)
La nación de los chupachos fueron principales cultivadores que practicaban la siembra de tres semillas naturales, manteniendo comunión con los apus y sus dioses (al sol, la luna, al agua, etc.), ellos cultivaban el maíz, el frijol y la calabaza todos juntos en una solo siembra, en la que también sembraban otros productos y árboles frutales, y dedicados a la crianza de animales domésticos, porque conocían la forma de alimentar a la tierra y de contar con buena producción, este aporte fue importante y aún se mantiene intacto esta modalidad de auto subsistencia en los pueblos que fueron de ascendencia chupachos.
Esta nación étnica participo en la refundación española de Huánuco, que data del 2 de febrero de 1543, que para entonces pertenecían a la encomienda de Francisco Martin de Alcántara, que recibió a través de su representante Jorge de Acevedo, con presencia de los curacas Masgo, Chagua y Xagua, que administraban a los Ruma, Atash, Quera, Auquimarca, Pachabamba, entre otros; ellos admitieron a los peninsulares como un hecho civilizado el asentamiento de la actual ciudad de los Caballeros de León de Huánuco, y que al paso del tiempo se rebelaron y apoyaron toda acción bélica, contra la corona española por la avaricia y corrupción de sus funcionarios que oprimían a los verdaderos dueños de Huánuco. (4)
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Notas:
(1) Los chupachos fueron principales denominadores del culto a la tierra, contaban con buen clima y abundante agua, eran cultores del trabajo en familia y de servicio “humanístico”, aplicaban la justicia con tolerancia y se enfrentaban a sus enemigos agotando todo “dialogo”, de ahí que el poblador autóctono de este valle tenga la tolerancia y limite antes de actuar; recuérdese que los incas, de muchas naciones étnicas conquistadas, imitaban y se apropiaban de su cultura, de su organización, de la forma de su trabajo, para luego suprimirlos y considerarse como supremos autores.
(2) El dato histórico que se consigna de su participación en la refundación española de Huánuco, es la entrega de la encomienda de los chupachos al español Jorge de Acevedo, representante de Francisco Martin de Alcántara (medio hermano de Francisco Pizarro), el 11 de junio de 1541, en la villa de Huánuco (tercera ciudad fundada por los españoles) con asistencia de sus curacas y principales. Publicado en este Diario el año 2020.
(3) A la fecha existen fundados descubrimientos arqueológicos, de algunos asentamientos de pertenencia de los chupachos que no fueron registrados en las “visitas” de los españoles de la época, como es el caso de Shallay, Guellaymarca, por citar como ejemplos, que se vienen descubriendo y estudiando a esta nación que conocía también de la medicina natural; o como el centro de adoración poco difundido pero de gran valor histórico y patrimonial del inti-huatana preinca ubicado en el ushno denominado Collormayo – Huacar, en donde se encuentra el Huacanqui (piedra sagrada de culto) y desde ese lugar se aprecia a la huaca piramidal del Apu “Lucila”, que no lograron destruirla y que nos acompaña, y seguirá presente por el resto de la existencia del mundo.
(4) Los chupachos no solo estuvieron en la refundación, sino también en el traslado de la ciudad desde las pampas del Huánuco el Viejo hacia el valle del pillco, que dirigió Pedro Barroso en 1542, al tener la resistencia constante del último inca Yllathupa (cuyo linaje se encuentra en Canchaparan – Ñauza), luego en 1543 fue mejorado por Pedro Puelles.
