La fiesta de San Juan

Por: Roger Rondón Bardón

La atracción magnética que ejerce la selva peruana denota su halo seductor mágico sensual, que llega a su máxima expresión con la Fiesta de San Juan, festividad costumbrista religiosa icónica, en un vasto territorio que cobija un pueblo multiétnico, lingüístico, pluricultural, alegre y con una diversidad culinaria excepcional, cuyo exponente es el «Juane» o «fan», que se degusta el 24 de junio, día central. Es celebrada a lo largo y ancho de su verde territorio, incluyendo centenares de villorrios, cochas, ríos y aldeas tribales. Gastronomía a la que se suman otros potajes como la «Patarashga», el «Tacacho con Cesina» el «Inchicapi» y otras delicias que alborotan las papilas de gustativas de propios y extraños; así como sus diversas bebidas con nombres sugestivos, y el famoso «masato», entre otras exquisiteces.

«La Fiesta de San Juan» es una festividad religiosa. Se desarrolla recordando a Juan Bautista, quien bautizó a Jesús en el río Jordán. En la víspera de esta monumental fiesta se arman y encienden hogueras alrededor de las cuales la población salta y danza jubilosa, degustando, principalmente el «Juane», naturalmente rociado con bebidas tradicionales espirituosas, y sus infaltables «chelas».

«Parafraseando la célebre frase «Oído a la Música» del extinto periodista Emilio Lafferrandarie, el «Veco», proponemos: «Oído a los sonidos de la selva».

La naturaleza de la jungla peruana manantial de profundo éxtasis con una naturaleza, pródiga de incomparable belleza telúrica, con grandes atracciones y problemas por resolver, como la tala indiscriminada, la conectividad vial y comunicativa; así como la deficiente y casi nula atención médica, salubridad y educación, básicamente de las etnias tribales,  expuestas a la opinión pública por sus exponentes intelectuales que desde sus trincheras advierten esta problemática que no tienen oídos en los gobiernos de turno.

Roger Rumrril, literato, ensayista y periodista, durante 60 años de actividad, cuestionó esta problemática; además señaló las bondades de sus fabulosos recursos madereros, fauna, flora hídricos, costumbres, y que el mundo conozca las bondades turísticas de esta gran región que en algún momento de su historia fue testigo del «boom del caucho», época que atrajo los ojos del mundo hacia Iquitos, propendiendo su desarrollo.

Sus mitos y leyendas originadas, creadas por una cosmovisión «sui géneris», expresa la relación entre el hombre y sus dioses selváticos, y sus espíritus fantasmales. Creencias míticas como «Chullachaqui»(temible demonio cuidador de la selva, de pies desiguales), «El Tunche» (espíritu maligno), «La  Yacumama» (diosa del agua, representado por el espíritu de una boa constrictor asesina gigante que tritura al ser humano).

Francisco Izquierdo Ríos, escritor loretano, en su oportunidad, se refirió a estos espíritus de la cosmovisión selvática, especialmente, del Chullachaqui.

En el marco de estas precisiones y la belleza salvaje de esta exuberante región, hoy 24 de junio, se festeja esta fiesta, siempre o casi siempre a orillas de sus ríos y cochas, de hermosas playas de fina arena, al son de su música tradicional, recordando a la fabulosa orquesta «Juaneco y su Combo», grupo musical pucallpino con su fabuloso vocalista y conductor Juvencio Pinchi Sangama que estará festejando en el cielo, cantando en la eternidad «Vamos pa’ la «Fiesta de San Juan».

El embrujo embriagador de nuestra región selvática, avenada por caudalosos y anchurosos ríos como el Huallaga, Pachitea, Marañón y el propio Amazonas, en cuyas orillas han nacido y crecido ciudades, algunas de ellas, con características de metrópoli como Pucallpa, región que los «pioners» huanuqueños con esfuerzo y tenacidad abrieron camino y fueron un contingente decisivo en su fundación y desarrollo.

Tingo Maria, Monzón,  Aucayacu, Puerto Inca y Codo del Pozuzo, en Huánuco; Rioja, Tarapoto, Lamas, Juanjui, Tocache y Moyobamba en San Martín; Pucallpa, Aguaytía, Atalaya en Ucayali; Yurimaguas, Contamana, Caballococha, Nauta, Iquitos, en Loreto, Oxapampa, Villarrica y Pozuzo en Pasco, Selva Central: Chachapoyas, Bagua y Lamud en Amazonas, ciudades que citamos, donde los festejos de la «Fiesta San Juan» , con algunas variantes por la misma dinámica de los usos y costumbres de la selva, pues, en estos últimos tiempos su influencia costumbrista se extiende incontenible por nuestra ciudad capital, y pueblos de las tres grandes hoyas hidrográficas de Huánuco, habida cuenta que su región selvática cuenta con una extensión del 62 por ciento, lugar incontrastable de profunda vocación sanjuanista.

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