Hablemos de rompemuelles

Por: John Cuéllar

 

Hace unas semanas, al salir de un colegio privado ubicado en el jirón Huánuco, sufrí un accidente a causa de un rompemuelle ubicado justo en la entrada. Para mi sorpresa, luego, descubrí que varias personas habían sufrido similares accidentes. Esta situación me llevó a indagar sobre los benditos rompemuelles y a cuestionarme sobre los criterios que primaron para su ubicación en distintos puntos de la ciudad.

 

  1. ¿Qué es un rompemuelle?

Es una estructura elevada colocada de manera transversal en la calzada, pensada para obligar a los vehículos a reducir la velocidad.

 

  1. ¿Qué medidas debe tener un rompemuelle?

No existe una medida única; sin embargo, se establecen ciertos parámetros técnicos:

*Altura: Para calles locales con límites de velocidad entre 30 y 40 km/h, lo más común es que tengan entre 7 y 10 centímetros de alto.

*Longitud: Debe cubrir todo el ancho de la calzada. En algunos casos, debe tener un espacio lateral para que los ciclistas puedan pasar con seguridad.

 

  1. ¿Cuál es su función?

Entre sus objetivos más concretos se encuentran:

*Disminuir la velocidad del tráfico en zonas sensibles como colegios, hospitales, áreas residenciales o centros comerciales con alta afluencia peatonal.

*Disuadir el tránsito de paso o de alta velocidad en calles locales, favoreciendo un entorno más tranquilo y seguro.

 

  1. ¿Cuándo es necesario colocarlos?

Su instalación debe estar respaldada por criterios técnicos y contar con autorización de la autoridad competente, que puede ser la municipalidad provincial o distrital, o PROVÍAS, según la jurisdicción correspondiente.

Se justifica su colocación:

*Cuando existe un historial de accidentes provocados por el exceso de velocidad.

*Cuando se requiere proteger a usuarios vulnerables —como niños, adultos mayores o personas con discapacidad— en zonas cercanas a colegios, parques, centros de salud o áreas residenciales densamente pobladas.

*Cuando se desea disuadir el tránsito de paso o de alta velocidad en calles locales que no están diseñadas para ese tipo de circulación.

*Como parte de un plan integral de calmamiento de tránsito (como las denominadas «zonas 30»).

Es importante destacar que nunca deben instalarse en vías arteriales, colectoras principales, rutas de buses de alta capacidad o en lugares donde puedan entorpecer el paso del transporte público o de vehículos de emergencia.

 

  1. ¿En qué zonas se colocan necesariamente?

Su instalación debe responder siempre a estudios técnicos que justifiquen su necesidad. Sin embargo, su uso es frecuente —y en muchos casos recomendado— en los siguientes contextos:

*Zonas escolares: Calles cercanas a colegios, respetando una distancia mínima con respecto a la puerta principal (ver punto 8).

*Zonas hospitalarias o de salud: Accesos principales a centros médicos donde se requiera disminuir la velocidad.

*Zonas residenciales: Calles internas con historial de exceso de velocidad o con alta presencia peatonal.

*Áreas comerciales con tránsito peatonal intenso: Especialmente en calles de acceso o límites perimetrales.

*Intersecciones peligrosas: Ubicadas en zonas donde la velocidad debe mantenerse baja.

*Ingresos a pueblos o zonas rurales: Para advertir el cambio de entorno y reducir la velocidad de los vehículos que ingresan.

 

  1. ¿Cuántos rompemuelles deben colocarse por cuadra o esquina?

La cantidad y ubicación deben definirse exclusivamente a partir de un estudio de ingeniería de tránsito que tome en cuenta factores como:

*El límite de velocidad que se desea lograr.

*La longitud del tramo de vía donde se busca reducir la velocidad.

*La distancia de visibilidad disponible para los conductores.

*La existencia de puntos conflictivos, como pasos peatonales o salidas de colegios.

*La necesidad de evitar que los vehículos aceleren entre un rompemuelle y otro.

 

La distancia entre rompemuelles consecutivos es un factor clave, ya que debe calcularse cuidadosamente para mantener la velocidad deseada a lo largo del tramo. Colocarlos demasiado cerca, o en exceso, no solo es ineficiente, sino que también puede resultar contraproducente y peligroso.

 

  1. ¿Qué señales o símbolos viales deben acompañar a los rompemuelles?

Todo rompemuelle debe estar debidamente señalizado, tanto antes como en el lugar de su ubicación. Las señales obligatorias son:

*Señal preventiva: Indica “RESALTO” o “ROMPEMUELLE” y debe colocarse con anticipación suficiente para advertir al conductor.

*Señal reglamentaria: Señala la “VELOCIDAD MÁXIMA” permitida para pasar sobre el rompemuelle. Suele ser de 30, 25 o incluso 15 km/h, y se ubica junto al rompemuelle o inmediatamente antes.

*Demarcación del dispositivo: El propio rompemuelle debe estar pintado con franjas alternas de color blanco y negro, o blanco y amarillo, dispuestas de forma transversal a la vía.

*Señalización horizontal adicional: Puede complementarse con líneas guía y flechas de dirección para reforzar la advertencia visual.

 

  1. Hablando de colegios, ¿dónde deben colocarse los rompemuelles?

Jamás deben instalarse justo frente a la puerta principal del colegio. Hacerlo es peligroso e inadecuado por varias razones:

*Genera congestión en el punto de mayor afluencia, donde estudiantes y familias entran y salen.

*Aumenta el riesgo de accidentes si los vehículos deben frenar bruscamente o realizar maniobras evasivas justo al frente del ingreso.

*Interfiere con la visibilidad y el acceso peatonal directo.

¿Dónde sí deben colocarse? Lo recomendable es instalarlos antes y después del cruce peatonal que conecta con la entrada principal del colegio, es decir, aguas arriba y aguas abajo de la zona donde los estudiantes cruzan la calle.

Esto permite:

*Espacio suficiente para que los vehículos se detengan o formen fila sin bloquear el paso peatonal.

*Mejor visibilidad tanto para peatones como para conductores.

*Evitar concentrar múltiples riesgos justo en la zona de acceso.

¿Cuál es la función de esta disposición?

*El rompemuelle antes del cruce obliga a reducir la velocidad al acercarse.

*El rompemuelle después del cruce evita que los vehículos aceleren de inmediato al salir de la zona escolar.

*El espacio entre ambos —que incluye el cruce peatonal— debe considerarse prioridad peatonal, estar bien señalizado y, de ser posible, contar con pavimento diferenciado para reforzar su visibilidad y función.

Ahora comprendo por qué ocurren accidentes como el mío en rompemuelles mal ubicados. Es urgente que las autoridades competentes revisen y corrijan estos errores, antes de que lamentemos tragedias que pueden evitarse. Salvo error u omisión.

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