
(8 de marzo: Día Internacional de la Mujer)
Por: Víctor Raúl Osorio Alania*
El 8 de marzo de 1857, en Nueva York queman a 120 mujeres por reclamar salarios justos, igualdad laboral y jornadas de 10 horas. En reconocimiento, el II Congreso Internacional de las Mujeres Socialistas realizado en 1910, acuerda establecer el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer.
La mujer profesional (muy similar al caso del varón) cumple un horario laboral y percibe el salario pertinente en el propio día, quizá de forma semanal, quincenal o mensual.
«Suficiente con que la mujer sepa escribir y leer, más bien debe prepararse para servir a su marido», ese modo de pensar en varios países, con el tiempo, se ha superado. A iguales deberes, iguales derechos y oportunidades.
La mujer se ha posesionado en el sector educación y en menor escala en otras profesiones (medicina) y oficios. La función pública y los cargos públicos le resultan todavía limitada y esquiva.
AMELIA
Amelia López Carhuachín de Huamán, sazón de la vida, acaba de fallecer, pero con Sonia Astuvilca Delgadillo y Edwin Marcelo Bautista tuve el aserto de captar su testimonio. Fue la primera vivandera de caldo verde en Huayllay, capital del distrito del mismo nombre.
Nació el 5 de diciembre de 1931 en Huagrumachay, Rigrau, caserío de León Pata, Huayllay, Pasco, esposa de Nicolás Huamán Cruz, tuvo 8 hijos, vive con su hija Silvia Nayda en el Jr. Carrión, Huayllay. Desde los 15 años empezó con el negocio de mandarinas, se casó a los 19 años, su esposo llegó con toda su familia a la estancia, él vivía en Gorgor, San Carlos.
«Mi mamá me enseñó a cocinar desde muy chica, mi papá era carnicero», evoca doña Amelia.
Su esposo empezó a trabajar en Huarón en la mina de carbón de Santo Domingo, camino al pueblo de Santa Barbara de Carhuacayán, ahí ella daba pensión a ingenieros y jefes, ellos eran cuatro y venían a controlar y supervisar y le pagaban puntual.
Desde un inicio se perfeccionó en la cocina con caldo de cordero, carne verde, estofado. Luego, en François formaliza el negocio culinario dando pensión a 25 personas, lo cual implicaba desayuno, almuerzo y cena, ellos le pagaban al final de cada mes.
Al ser entrevistada se animó a dejarnos la receta para el caldo verde o chupi verde: Ruda, muña, paico, un poco de perejil para que, de color, papa blanca, el queso encima como adorno, sal al gusto, huevo.
Desde las tres de la madrugada con la asistencia solicita de sus hijas preparaba el delicioso y aromático caldo verde. La olla era envuelta con papel de azúcar, manta y bolsa para conservar la temperatura pertinente. El caldo verde vendía desde temprano porque muchas personas salían de madrugada al campo o de viaje y era bueno contra el frio.
Durante mucho tiempo se la vio expender en la plazuela Ramón Castilla de Huayllay, cada platito costaba la suma módica de un sol. En sus inicios vendía sobre una carretilla, luego su hermano le obsequió una carreta para hacer menos fuerza. También vendía caldo de cabeza. Vendió hasta el año 2019, recuerda esa data con lucidez admirable.
Rindo homenaje a su límpida trayectoria en el arte culinario y mediante la mamita Amelia López Carhuachín a las mujeres del mundo que expenden comida de sazón local.
La Prof. Silvia Nayda Huamán López (nació 4-nov.-1959, en François, Chosica, Huayllay), hija de doña Amelia, menciona: «Mi mamita es una persona de negocios, emprendedora, muy solidaria y de carácter fuerte, gracias a ella nunca nos faltó nada en la vida, nos enseñó a cocinar a mí y a mis hermanos, sus platos fuertes eran el caldo verde, caldo de cabeza, la patasca, el cuy y la trucha. Mi mama, en la actualidad, tiene 90 años de edad, agradezco a Dios por ello, y a la vez invito a toda la gente mediante esta página, que visite Huayllay porque es un lugar bendecido por Dios», finaliza la docente de la I. E. “Antonio Álvarez de Arenales” de Huayllay., Pasco.
Amelia López Carhuachín de Huamán / resultó poderosa emprendedora, / laboraba desde curiosa aurora / por clientes de gusto fino y ademán. (Cuarteto)
CLAUDIA
Claudia Artica Huamán y las exigencias del cucharón nació el 17 de febrero de 1945 en Pampaway (San Carlos). Prepara ollas desde los 22 años de edad. Por día preparaba 12 ollas (eso equivale a una carga). Las ollas hacían secar de 8 a 15 días bajo el abrigo de ramada y fogata especial.
«En mi familia, los varones traían la arcilla desde Mitupampa, en llamas, en casa pisaban el barro, las mujeres hacíamos las ollas y poníamos la letra “B” como marca. Trabajaba desde las 08:00 a. m.», habla con nostalgia. Ella está de acuerdo con la nominación de mankallutas huayllinos o huayllinos hacedores de ollas.
Trueque o cambio. «Mi papito y yo, arreábamos nuestras llamitas, llevábamos 14 a más cargas (168 ollas). Caminábamos de 8 a más horas por día, el viaje duraba de 3 a 4 días, comíamos el shiwayru en ayunas. He llegado a las provincias de Ambo (Angasmarca, Rodeo, Mosca), “Daniel Alcides Carrión” (Yanahuanca, Tápuc, Vilcabamba, Chacayán, Chango), Pasco (Ticlacayán, Yarusyacán, Pallanchacra), Junín (Ulcumayo, Chupán, Huacán). Hacíamos trueque de ollas por papa y maíz», testimonia con énfasis.
Habla el cucharón. Sabe de porciones como el mejor matemático, calcula con precisión para 8 personas como para cientos. Asume todo encargo con 4 ayudantes, bajo la pauta de la washka (apoyo mutuo). «Cocino mil porciones por día para los Negritos de Huayllay, del 24 al 30 de diciembre. Uso olla número 60 (da 500 raciones) en vicharra o cocina de barro. Menú navideño: Desayuno: lawapa (asado frío), aguadito, ponche o chocolate; almuerzo: entrada, menestrón, picante de cuy, mazamorra o fruta, cena: sopa y segundo», indica.
Shojpi o jubeo. Los oficios de partera (obstetra) y jubeadora aprendió por brío propio, aunque reconoce a los abuelos. «Jubeaba los martes y viernes, en el día, con cuy (blanco y negro), pajarito (pichuychanka), flor, huevo. Cuando uno conoce todo sale ahí, incluso el susto. El jubeo es como radiografía, así van al hospital o se curan con la medicina tradicional. El paciente se levanta después de 3 días. Todos se han curado y pagaban según su voluntad, luego puse tarifa», revela.
Claudia Artica Huamán y cucharón franco / tiene admirables y visibles actos, / prodigiosas manos hacen extractos / y cocidos desde leal estanco. (Cuarteto)
*“El Puchkador de la Nieve”