Eleodoro Jesús Vargas Vicuña: miríada de verso y agüita de muña

(Capulí, Vallejo y su Tierra)

 

Por: Víctor Raúl Osorio Alania*

 

Peregrinación admirable hay en Acobamba (llanura de arena) por el privilegio de amparar la casa, trayectoria y mausoleo de Eleodoro Vargas Vicuña. Perdonan olvidos y abrazan los 2,950 metros de altitud para dinamizar labores análogas a la hormiga y cigarra.

Cien años viajaron en libre vuelo, / cien gratitudes confortan al hielo, / cien hurras por ti vate, habla el abuelo.

 

NACENCIA

Eleodoro Jesús Vargas Vicuña nace en Cerro de Pasco (27-agosto-1924) y expira en Lima (10-abril-1997).

Yo lo conocí en Arequipa, en el hoy lejano 1947… A las pocas lunas descubrí que sólo fumaba unos cuantos cigarrillos “Inca” y, tramontos después, que había nacido en un villorrio llamado La Esperanza, en el círculo gris de Cerro de Pasco…, Juan Gonzalo Rose Gros.

«Vargas Vicuña pertenece a la generación del 50… Creíamos que era arequipeño, después supimos que era de Tarma, ahora sabemos que es de Cerro de Pasco», Manuel Jesús Orbegozo Hernández.

«Obra breve y de singular calidad la de Eleodoro Vargas Vicuña (La Esperanza, Cerro de Pasco, 1924), sin discusión la mayor contribución de la “Generación del 50” a la narrativa de ambientación andina. Antes que el propio José María Arguedas…», Ricardo González Vigil.

«Y nos da una alegría que haya hecho un encuentro con la tierra que lo vio crecer y para nosotros sabemos que Eleodoro nació en Cerro de Pasco por una cuestión accidental», Sergio Miguel Castillo Falconi.

 

REVELACIÓN

El Dr. Danilo Sánchez Lihón, docente de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, escritor y presidente de Capulí, Vallejo y su Tierra, revela: Conocí a EVV en el bar El Palermo adonde yo ingresaba solo a mis 16 años y me sentaba en una mesa a veces para hojear los libros que había conseguido.

¿Cómo te llamas y quién eres? Yo era en esa época muy arisco y tajante. Pero esta vez no tuve ánimo para la dureza y respondí: Me llamo Danilo como mi padre, quien es maestro. Y soy de Santiago de Chuco.

¡Ah, respondió él! ¡Eso explica todo! Yo soy Eleodoro Vargas Vicuña de Acobamba. Y soy escritor. Me gustaría caminar contigo. ¿Me acompañas?

Y salimos. Caminamos por Colmena Izquierda. Bordeamos el Parque Universitario y seguimos por el cuartel de Santa Catalina. Estaba alegre y efusivo recitando sus poemas.

Tenía una manera de caminar de tal modo que los libros que portaba los llevaba como aprisionados entre su brazo y su pecho. Con la otra mano se cogía el mentón que lo tenía prominente como si fuera el timón de un barco que él gobernara.

Llegamos hasta la Facultad de Medicina de San Fernando. Y tan intensa fue esa caminata para mí que esa calle con sus gruesos barrotes de fierro cargados de pátina [barniz] ha quedado marcada para siempre en mis huesos con su voz y su presencia.

CASA

Gustavo Alejandro Puente Avellaneda (n. 1954, Muruhuay), artista plástico. Veinte días antes de fallecer, ¿Eleodoro eligió exprofesamente el sitio dónde iban a construir la tumba para sus restos? Cuando llegó le hemos acompañado y dejó este encargo: La parte izquierda de mi cara que esté mirando a Tarma, y la derecha, a Muruhuay, debajo el manantial Tranca…

¿Dónde vivió, Eleodoro? En la casa de sus padres ubicada en la plaza de Acobamba, esquina de los jirones Arequipa y Callao. El tío Eleodoro nació en Cerro de Pasco, su papá fue electricista que trabajó en la Cerro de Pasco Cooper Corporation. Estudió primaria en la Escuela “Adolfo Vienrich” de Acobamba.

¿Cuál es la anécdota de los hermanos Marcelo y Eleodoro? Una noche de tertulia propusieron: «Que nos entierren en Acobamba. Una cerveza negra para ti (por Eleodoro) y una cerveza blanca por mí (Marcelo, cuyos restos descansan en Lima)».

 

HIJA

Hablan los genes, habla Luvina Andreas Vargas Conillas a una centuria del nacimiento de su progenitor. «Espero que con este homenaje conozcan un poco más de sus obras literarias que fue difundido en Latinoamérica y Europa. Siempre fue amable con todas las personas. Luvina es un pueblo de México, me lo puso mi padrino, Juan Rulfo». [El poblado de Luvina hállese en la Sierra Juárez de Oaxaca.]

 

COLACIONES

ÁRBOL. Hay algo paradójico en mi existencia que no sé por qué razón siempre la asocio a un árbol, con la diferencia de que yo me he movido y un árbol no se mueve (confesión de Eleodoro Vargas a Esperanza Ruíz, 1997).

Tu cabello es la ignota raicilla / del árbol de mi vid. / Tu cabello es la hilacha de una mitra / de ensueño que perdí! (César Vallejo, Comunión).

Te comunico hermanito: / alerta, menos nitrógeno, / necesario, más oxígeno, / sembremos buen arbolito. // Bosque ribereño y aliso / solicitan progresar, / y pronto fertilizar, / sensato árbol, enterizo (VROA, Día del Árbol).

CASA-HOGAR. No vive ya nadie en la casa –me dices–; todos se han ido. La sala, el dormitorio, el patio, yacen despoblados. Nadie ya queda, pues que todos han partido (César Vallejo, No vive ya nadie).

Eleodoro podría responder con David Dalí Herrera Agüero, cantautor nuevaolero: «¿Cómo estará la casa / donde aprendí a jugar? / ¿Cómo estará la casa / que me dio su calor? / Tal vez aún la lluvia / llora en aquel portal, / tal vez aún se escucha / a la abuela cantar…».

Puertas entreabiertas y desconfiadas / aplauden a los pasos confiados que avanzan / por calles rudimentarias / (llenas de honestidad) / y los caminos asfaltados / corren hacia la nada detrás de nadie (VROA, Hogar de ensueño).

 

POESÍA

Eleodoro Vargas Vicuña (Acróstico con octava real y sextetos): Es Eleodoro Vargas Vicuña / La voz bucólica de una estación; / Esbelto y nutrido canto rasguña / Oquedades con eficaz razón; / Desde luego que airoso refunfuña / O conversa por tan noble función: / Retoño nacido en Cerro de Pasco / Otea Tarma, Acobamba y chubasco.

Varios minutos, minutos intensos / Atienden mi vasta curiosidad, / Retoza más de un arbolito asceta. / Goza bello Acobamba bajo suspensos, / Allí en la plaza hay más felicidad / Sabiendo de la casa del poeta.

Vetusta morada como buen roble / Intersección de curtidos jirones / Callao y Arequipa, el dibujo avisa. / Umbral trilla por crepúsculo noble, / Ñañito (amigo mío) con cedrones / Acciona cuento y verso hasta cornisa.

 

*Docente de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos

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