Eduardo Saldaña: «La comedia inútil» (2021)

Por: John Cuéllar

 

 

 

BIODATA DEL AUTOR

Eduardo Saldaña (Trujillo, La Libertad, 1995). Egresado de la Universidad Nacional de Trujillo, bachiller en Lengua Nacional y Literatura. Ha publicado el libro «La comedia inútil» (2021), bajo el sello de Paloma Ajena Editores. Ha sido ganador de los Juegos Florales de Poesía Interuniversitarios 2020. Actualmente dirige la página virtual «Bohemia Liberteña – Revista informal».

EL TESTIMONIO DE UN JOVEN POETA, por Miguel Ildefonso

La comedia inútil es el testimonio de un joven poeta que ha recorrido los círculos de su propia Florencia. Y es que hay una referencia a Dante Alighieri, y a lo que vino inmediatamente después de su magna obra, que no es gratuita. Atravesamos una época semejante al lejano reinado de la familia Médici, cuando nacía el capitalismo. Hoy asistimos, en esta comedia humana posmcdema y apocalíptica, al surgimiento de un nuevo orden mundial en un pragmatismo sistémico donde, paradójicamente, los poetas están dando su visión más personal de lo que son el infierno, el purgatorio y el paraíso. En medio del materialismo imperante, la poesía parecería un oficio inútil; sin embargo, precisamente porque es ajena al mercado del capital, su voz se erige como un nuevo apostolado.

Por su parte, Saldaña, en su Comedia, va más allá del inmediato círculo que podría ser la av. España de su natal Trujillo y nos entrega, no tres ámbitos distintos de lo humano, sino tres aspectos que parten del tópico del amor. La actual ausencia de definición de esta noción surgida en Italia y Francia con Giacomo da Lentini, Guido Cavalcanti, Dante Alighieri, Francesco Petrarca, entre otros, impele a los poetas hoy en día a explorar experiencias propias y alejadas de mitos para dar sentido a esta pasión sublime y carnal que aún nos caracteriza como seres que trascienden su animalidad.

Concepci(. )n nos aproxima al ámbito familiar —madre, padre y hermanos— en una suerte de eucaristía que nos interpela constantemente y se interroga: ¿por qué sacrificaste al cordero sin esperar ningún milagro?// sé que jamás podré descubrir la razón que nos hizo/ parecernos tanto. Y allí también, en otro polo, declara el anhelo poético que pretende alcanzar: hay un jardín de luciérnagas danzando/ sobre pétalos vírgenes// si lo encuentras, dibújalo/ que yo también quiero verlo.

Entonces descubrimos que el amor manifiesto nos enlaza aun en las diferencias. Por eso, más adelante, dice: habrá que inventar otra historia, porque ya estamos cansados de las mismas tragedias producto de la brutalidad de lo que son simplemente sectas: aunque negaras tres veces la fe que predicabas/ ya era tarde para arrepentirse. Y así, el sujeto poético va en busca de una nueva verdad.

Plegaria para los ausentes retrata a los poetas que se fueron en una descripción urbana (en forma de canto o de salmo) desde el infernal asiento de un microbús. Aquí presenciamos también el autocuestionamiento de la poesía como lenguaje precario en medio del avasallamiento de los otros lenguajes de hoy. Nuestro lenguaje mal abreviado violento e impulsivo que no supimos domesticar, nos dice haciendo alusión, quizá, a la poesía coloquial y prosaica, ese discurso que más que cuestionar pretendía imponer un mito nuevo cuando la época ya no requería de mitos: nuestras primeras ilusiones en medio de la copulación de estatuas y árboles que jamás serán violines/ nuestra mirada felina cuando alguien nos decía que seríamos las víctimas del mito destinadas a masticar una humillación pública.

Monólogo de Gabriela es el ámbito del amor privado, de a dos, la desgarrada cima de su recorrido en el que desde abajo se confunden las voces suplicantes, heridas, proféticas. Esta sección finaliza con el verso se acabaron los deseos, puesto que en esta era los deseos se han industrializado y han dejado de ser propios; los deseos se venden, se alquilan, se usan y se desechan cada segundo si uno puede pagarlos.

Cierra el libro La sonrisa inútil, con un arte poética a modo de epílogo y un deseo no cumplido, un poema ausente, pues la poesía es esa falta que la palabra apenas sustituye o restituye en el papel. Y el libro termina con un poema visual que nos devuelve a su ciudad, a esa av. España circular como el río Estigia, a los círculos de paraísos derruidos: yo h/ablo con los poseídos sin confesar quién soy/ y para salvarme/ dejo aquí la siguiente estrella. Y así acaba esta Comedia, a setecientos años del libro del gran florentino.

BREVE SELECCIÓN DE POEMAS DEL LIBRO

 

 

Leer Anterior

Turista británico falleció en accidente cuando viajaba a la montaña Vinicunca en Cusco

Leer Siguiente

17.10.2023