Digno Fernández Espinoza, 17 años de la partida del patriarca de las tradiciones y costumbres huanuqueñas

Por Jorge Chávez Hurtado

Digno Encarnación Fernández Espinoza, falleció un viernes de carnaval, once de febrero del año 2005. En vida fue un férreo defensor de Huánuco y sus tradiciones. Además, con un grupo de ciudadanos huanuqueños, instituyó la Fiesta de la Octava de la Virgen de la Asunción, patrona de la fundación española de Huánuco.

En el año 1982 se funda la fiesta de compadres y comadres, en el jueves de carnaval, con la iniciativa de don Digno al lado de Mabel Facundo de Córdova, Manuel Gonzales Salamanca, Joaquín Garay Figueroa, Honorato López Ramírez y entre otros distinguidos ciudadanos de la época.

Se asegura que destaca también como uno de los cofundadores de la Universidad Nacional Hermilio Valdizán, en su condición de presidente del Comité de Barrios de Huánuco, fue en el año 1964.

En fin, don Digno fue todo un personaje que ha dejado huellas. En la década de los años sesenta figura como uno de los fundadores del Rotary Club Huánuco, cuyo fin es la realización de obras sociales en beneficio de la población.  En esa misma década, promueve la fundación de un comité de promoción turística de Huánuco, con el propósito de incentivar el flujo turístico con la puesta en valor de nuestros legados invalorables, para ello, era necesario el trabajo decisivo de ciudadanos con la voluntad mayor de trabajar en la perspectiva de generar actividad turística en la región.

En su infatigable compromiso social y espiritual, destacó como miembro del movimiento de cursillos de cristiandad católica. Con el objetivo de gestionar y defender el patrimonio arquitectónico, participó como miembro fundador del Patronato de Huánuco.

Se afirma que en los años sesenta fue presidente y fundador de la Sociedad de Obreros de Auxilios Mutuos. Su oficio de sastre fue reconocido y valorado por los vecinos ganándose el respeto de sus colegas que lo eligieron como el primer presidente de la Asociación de Sastres de Huánuco, cargó que ostentó hasta el día de su muerte. Fue miembro fundador de la Hermandad del Señor de Quircán en la Iglesia de San Sebastián en los años noventa.

Sin duda, sus obras e iniciativas son innumerables. Fue todo un personaje en la historia de Huánuco en el siglo que feneció. Su ejemplo de vida trasciende en el tiempo, ahora que Huánuco requiere de ciudadanos comprometidos desinteresadamente con sus demandas. Estos hombres, desde la universidad nacional mayor de la vida, han dado cátedra de trabajo e identidad con honestidad y amor a la tierra.

En el parque San Pedro se advierte un hermoso busto en la memoria de este distinguido huanuqueño.

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