(Aserto del 22 de abril de 1970)
Por Víctor Raúl Osorio Alania*
Pachamama tradúzcase como madre tierra, ecología, biodiversidad, ambiente, (medio ambiente), hábitat, lo cual ejerce influencia cosmogónica y holística con cuatro elementos: nina (fuego, fire), allpa (tierra, earth), wayra (viento, wind), yaku (agua, water).
Fuego. La lumbre ha marcado un antes y un después en el discurrir humano. El fuego linda entre lo empírico y científico, así pudo cocer los alimentos, se iluminó en lóbregas noches e ingresar a las cavernas, tuvo la osadía de ahuyentar, con la tea, a los animales salvajes, también, pudo instalarse en zonas frígidas de puna y janca (cordillera), por supuesto, pudo fundir los metales. En desliz, el fuego ha ideado pirómanos (Nerón carbonizó Roma, hay gente proclive a quemar pastizales y bosques).
Allpa. El ecosistema exige respeto de cadenas níveas, lagunas, gochas, manantiales, riachuelos, ríos, flora, fauna (animales vertebrados e invertebrados), microcuenca, cuenca. Urge asimilar y practicar la convivencia entre la naturaleza y el animal político. El proverbio acuñado por los oriundos americanos aún está vigente: «La tierra no hemos heredado de nuestros abuelos, lo hemos tomado prestado de nuestros hijos». ¡Cuidemos la casa grande!
Wayra o viento. Regula climas, necesario en todo piso ecológico, siempre está en movimiento a consecuencia de la rotación (24 horas) y traslación (365 días) de la Tierra.
El viento no tiene olor (inodoro), ni sabor, ni forma (incorpóreo), tampoco color (incoloro), pero el efecto revela inmenso poder, dan fe las naciones de la meseta del Bombón y la cuenca del Pillkumayu (por citar dos casos). La brisa mima, el huracán fustiga.
José María Hernán Eguren y Rodríguez, vate peruano, esboza: «¿Por qué llora tanto el viento, / será por desventuras de la vida; / este frívolo genio, / por qué llora tanto su partida?», poema “El viento”.
Yaku. «Agua es vida», máxima para vivir posterior a toda existencia humana. El 70% del planeta está cubierto por agua, pero muchas fuentes colapsan como secuela de la polución generada por actividades industriales y domésticas. De igual modo, 70% de agua, en promedio, hay en cada humano; beber un vasito de agua entibiada en ayunas favorece la digestión.
Manantial, «esplendor acuático, / vienes del cielo infinito, / reposas en la cordillera. / ¡Descanso merecido!, / vivificas el bosque montano, / ¡alegría natural!, / bajas calmado porque traes vida, / salud, esperanza. / contribución valiosa!», VROA.
La Pachamama denota el mundo horizontal, en tanto, el jirka (cerro, wamani, awelo, apu, aukillo, yaya) predomina desde la llanura hasta las capas de la atmósfera (troposfera, estratosfera, mesosfera, ionosfera, exosfera), incluso pellizca otras estelas del cosmos.
Sixto Sosa Laureano: “Guardián de los Bosques”
«Pachamama y jirkas validan la función del “Aukillo”, “Guardián de los Bosques” o “Vocero del Festival Ecoturístico de Comunidades Rurales y Turistas, Ruraltur Huayllay, Pasco», hablo deSixto Sosa Laureano, nació el 6 de agosto de 1953 en Uchcumachay Bajo, La Cruzada, hijo de Venancio Sosa Mateo y Eloísa Laureano Carhuas, está casado hace 36 años con Mercedes Violeta Roque Agustín (hija de Máximo Roque Lázaro y Teodosia Agustín).
¿Cómo apoya la esposa en este vínculo de hombre y naturaleza? Víctor Raúl, bienvenido a mi humilde hogar de Huayllay. El apoyo de mi esposa es permanente, ella ha diseñado las prendas que utilizo como “Guardián de los Bosques”, además se hizo cargo de mi cuarto hijo, producto de primer matrimonio. En toda actividad siempre participamos juntos.
¿Te hiciste kuraka en el RURALTIUR o viene de más antes? Conocí por el ingenio de mi bisabuelo y abuelo, pero no pensé en ser el personaje. Agradezco a don Luis Marcelo Callupe, en 1999 era teniente alcalde de Huayllay, motivó mi participación como kuraka del RURALTUR (1999 hasta 2019). Bailo más de 50 años como chuto y las ocurrencias lo hago en quechua.
¿Qué contiene la mesada? Diversos licores en cuartitos de botella (menta, vermut, anisado, coñac, pisco); clavel rojo y blanco, complemento con flores amarillas para tener fuerza, potencia, acogimiento. La mesada se lleva para tener poder.
Mi madre indica: «El cerro logra olfatear el clavel». Describa la vestimenta de aukillo. Chullo (tengo diversos modelos), camisa y pantalón de bayeta, medias de lana, llanqui, poncho de lana de ovino, morral (wallky) contiene coca, cigarro sin filtro, ishkupuru, fósforo. La honda encontré en el camino de Pari, así no me asusto.
¿Prefiere ir en llanqui o descalzo para poner la mesada en el cerro? Los ancestros decían: «Trasladarse en llanqui da más fuerza». Siendo niño iba en llanqui de la estancia a la Escuela 513 de Huayllay, antes de ingresar cambiaba por mi zapato siete vidas.
¿Cómo se prepara el aukillo antes de poner la dedicatoria? Un día antes hago dieta, purifico mi alma, en mi casa hago mi pequeña ceremonia. La ofrenda se pone a la medianoche, hora exacta.
¿El quechua está presente en el acto mítico? La comunicación con la colina antes lo hacían solo en quechua, procuro mantener dicho estilo: ¡Tayta Ucrupata! Digo así para que me escuche. Sirvo aguardiente al jirka, luego, brindo yo. ¡Hatun Pacha! (Espacio), ¡Kay pacha! (Tierra), ¡Uran Pacha! (Debajo de la Tierra). Ucrupata he conocido gracias a la mamita Nelva Cristóbal, natural de Canchacucho, ella me condujo y orientó.
Caminé más o menos doscientos metros lineales en la cueva. Choqué contra una roca, ahí me quedé, me senté, me paré, me puse a bolear. Pasado 15 minutos (en promedio), a mi lado estaba un fulano, me abofeteó una y otra vez. Le dije: «Traigo una ofrenda». Salí e informé: «Ucrupata me ha recibido».
En otros lugares dicen: ¡Hanan Pacha! (El mundo de arriba), ¡Kay pacha! (El mundo de acá), ¡Ukhu Pacha! (El mundo de abajo). ¿Describa su experiencia en Tiawanaku, Bolivia? Gracias a Kalmex Omer Ramos Rojas [natural de Rakumarka, Pasco] pude visitar Tiawanaku, he viajado en ómnibus con mis peculios, luego me reembolsaron. Fue el encuentro de 19 países en representación del cóndor y el águila. La ceremonia es grande, hacen un ruedo como caracol de puro cereales, por ahí, se llega a la mesa principal de la tribuna, justo para dar a la portada del Sol, a las cinco de la mañana (hora de Bolivia). El segundo día fui como presidente, estuve siete días, no hay una copa de caña, solo coca, cigarro y tocra.
El destino va y viene cuando Sixto Sosa Laureano aborda su vida de minero, chuto (bromista), transportista, mediador nato en el Día de la Pachamama.
*“El Puchkador de la Nieve”