¡Cuidado con la suegra! la risa mordaz de ‘Qué tal familia’ en la música huanuqueña

Por: Jorge Chávez Hurtado

En el extenso firmamento de la música huanuqueña, resplandece una alegría inigualable: «Qué tal familia». Presentada en 2002 en el disco compacto «Bajo el cielo huanuqueño», esta obra fue grabada por el Centro Musical Melodía Huanuqueña bajo la dirección del maestro Gumersindo Atencia Ramírez. Interpretada por la reconocida y talentosa voz del cantautor huanuqueño Mito Ramos, la canción se erige como un fiel reflejo de las vivencias cotidianas de los habitantes de Huánuco. A través de su ironía mordaz, entrelaza una crítica profunda sobre el amor y las dinámicas familiares, utilizando una metáfora audaz que conecta lo personal con lo geográfico, revelando las complejidades de la vida en esta tierra de contrastes.

La narrativa inicia con un tono romántico, presentando al protagonista como un «enamorado perdido». Sin embargo, el relato da un giro abrupto hacia la desilusión en la noche de bodas, donde la metáfora del «negro túnel de Carpish» se convierte en el eje central de la crítica. Este túnel, que conecta Huánuco con Tingo María, se extiende a lo largo de aproximadamente 400 metros y se encuentra a una altitud de 2,707 metros sobre el nivel del mar. En este contexto, el túnel emerge como un símbolo de la frustración del protagonista, quien equipara la condición de su novia con la abertura del túnel, sugiriendo que «su intimidad, como consecuencia de desmesuradas relaciones sexuales, está muy abierta, como el túnel de Carpish”. Esta comparación, cargada de humor ácido e ironía, revela la amarga realidad que enfrenta el joven al descubrir que la mujer presentada como «virgen» es, en verdad, una ilusión que desdibuja las promesas del amor.

En la confrontación del protagonista con su suegra por el engaño sufrido, surge una crítica incisiva hacia las dinámicas familiares y las expectativas sociales en el matrimonio. La iracunda respuesta de la suegra—“cuánta ignorancia te falta”—revela la complejidad de las relaciones, mientras asegura que su hija era “doncella como una flor en capullo”, una metáfora que contrasta con la cruda realidad que enfrenta el yerno. Al declarar que en su familia “¡todas somos chupilonas!”, la suegra desmantela la ilusión de pureza y exponen una herencia generacional que desafía las nociones convencionales de moralidad. A través de esta ironía mordaz, la letra cuestiona las expectativas idealizadas del amor, transformándose en una reflexión sobre la hipocresía y las verdades ocultas que a menudo acechan en el trasfondo de las relaciones humanas.

La referencia al túnel no solo sirve para dar un giro inesperado a la narrativa romántica, sino que también refleja las complejas expectativas culturales que rodean la virginidad y el matrimonio en la sociedad huanuqueña. La suegra, al afirmar que su hija es «como una flor en capullo», evoca una idealización de la pureza femenina que, irónicamente, se ve desmentida por la dura realidad.

A medida que la canción avanza, se despliega una crítica social más amplia. La línea «nada es verdad, todo es mentira» resume la desilusión del protagonista, extendiendo este sentimiento de frustración a un contexto colectivo que resuena en la vida del pueblo. La comparación entre los «congresistas» y «cien maestros» pone de manifiesto las profundas desigualdades económicas que persisten en la sociedad, donde los intereses de las élites políticas parecen ajenos a las luchas diarias de quienes sostienen la educación y el desarrollo social y cultural.

«Qué tal familia» se establece como un potente ejemplo del huayno huanuqueño, a través de la metáfora del «túnel de Carpish». La canción no solo indaga en la desilusión amorosa, sino que también pone de aliviar las complejidades sociales y culturales de Huánuco. La letra de Gumersindo Atencia Ramírez refleja la riqueza de las relaciones humanas, convirtiéndose en un vehículo para la crítica social, resonando en el corazón de quienes se sienten atrapados entre las expectativas familiares y las crudas realidades de la vida. Así, a través de su prosa incisiva, el autor logra capturar la esencia de la vida andina, donde la búsqueda de la verdad y la autenticidad son constantes en la experiencia cotidiana.

 

QUÉ TAL FAMILIA

Autor: Gumersindo Atencia Ramírez

Enamorado perdido

de una chiquita muy linda,

le di muy duro al trabajo

para casarme con ella.

Su santa madre me dijo,

emocionada y llorando:

“¡qué buena suerte tú tienes!

Te estás llevando una virgen,

te estás llevando una virgen”.

Más en la noche de bodas

vinieron las decepciones;

Pasé la noche explorando

el negro túnel de Carpish,

el negro túnel de Carpish.

Al reclamar a mi suegra

por el engaño sufrido,

ella me dijo iracunda:

“Cuánta ignorancia te falta.

Mi hija estaba doncella

como una flor en capullo;

sucede que en mi familia

¡todas somos chupilonas!

¡Todas somos chupilonas!”

En este mundo de penas,

se sufre, pero se aprende.

Yo ignoraba que existen

chupilonas por familia,

chupilonas por familia.

FUGA

Así es la vida del pobre:

​​nada es verdad, todo es mentira;

todos abusan y engañan

mientras seguimos soñando.

Elegimos congresistas

que ganan por cien maestros

y viven en otro mundo

mientras seguimos soñando. (Bis)

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