Por: Víctor Raúl Osorio Alania*
La cuenca del río Chaupiwaranqa o Huertas –casi en una misma planicie– une Ambo con Huácar, viaje llevadero. Incontinenti hacia la cumbre, periplo en espiral zigzagueante de Huácar a Cochatama. Esta ruta enseña sobrepasar a la ociosidad y dejar vía libre a la rapidez. Quien va apurado puede llegar o quizá nunca llegue.
Cada curva una maniobra especial. Cada metro ascendido un logro para celebrar con moderación. Cada cita laboral un suspiro controlado. Desde la primera vez el afecto y las amistades maduran. Partiendo a las 06:20 h., del malecón Huertas, el auto guindo, maduro pálido, llevado por Jorge Luis Chávez Ibarra llega a Cochatama siendo las 06:55 h.; así ocurrió el martes 11 de agosto y en los días posteriores hasta el viernes 11 de diciembre de aquel año inolvidable. El maestro y fiel amigo, Jorge Chávez, homónimo del aviador, el único que vuela sobre ruedas, pero lo hace sin desesperarse porque escucha música de todo género. ¿Quiere “chaver” un dato más? En Cochatama también radica Jorge Chávez Díaz, originario de esa tierra bendita. Lema de los Chávez: «Hay maneras de llegar a la cumbre, vivir y mantenerse».
Más arriba de la mirada resalta el horizonte puro; debajo de las nubes existe Cochatama, poblado adscrito a Huácar. Mi pensamiento llegó primero, en seguida lo hizo mi corazón junto a mis pies y al recuerdo imperecedero que profeso al distrito de Huácar, en específico, a la dulcedumbre de su gente.
Poner el alma en la meta equivale a catarsis; hágalo con un grito, silbando, escribiendo, tarareando una canción, en silencio absoluto, saludando con empatía al prójimo. Pavor causa ir de la llanura hasta la altura e inversa, sensaciones de los colegas Felipe, Betty, Eudocio, Jorge, Maudy.
TOPONIMIA
Cotejando la realidad con testimonios he logrado espigar un par de hipótesis referentes a la toponimia de Cochatama.
Huk o uno. Cocha proviene de qocha (léase gocha) y se traduce como laguna. En tanto la palabra tama encarna a los arbustos de estas alturas. Por lo tanto: Cochatama significa: «árboles que rodean una laguna» o «laguna rodeada por árboles».
Ishkay o dos. El vocablo laguna tiene paridad con el término qocha (gocha), muy similar al caso anterior; en seguida, tama tendría su origen en tambia o lluvia. A la sazón, Cochatama sería un derivado de «lluvias que forman una laguna o lagunas».
Ambas hipótesis son propias y están fundidas en el saber popular, hasta la fecha existen árboles, hay lluvia y el caso de esa laguna cenagosa pervive en el recuerdo de las personas mayores.
Gran parte del campo deportivo de fútbol y las viviendas contiguas al arco oriente –a espaldas de la Institución Educativa Integrada “Ricardo Palma”– formaban parte de una laguna y siempre estuvo rodeado de la arboleda con su halo tónico.
BOSQUE, COLINAS, LUCES…
He aquí: tara, eucalipto, cerezo, aliso, sauce, durazno, palto… Merman los árboles y abandonan su sagrada misión de la fotosíntesis. Madereros hicieron de las suyas, cual símbolo oscuro, embaucaron al campesinado insinuándoles derribar troncos leñosos y ramas poderosas. Cada moneda que dejaron por recompensa ahondó la pobreza del monte. Ahora, muchas viviendas mueren de soledad. Se dejan extrañar. ¿A dónde fueron amigos árboles? Vuelvan, háganlo por ustedes y por nosotros. La esperanza sin ustedes solo parece una buena intención.
El bosque fue administrado con equidad durante mucho tiempo, brindando sombra amena, calor refrescante, inspiración inmortal, epicentro nidal de flora y fauna, además de contribuir con rajas de leña en la función de combustible que ingresando hasta el vientre anchuroso de la vicharra dan a la comida un sabor excepcional.
La luz del firmamento adicionado a la sagacidad visual de cochatameños y consortes les permite distinguir –de legua a legua– imágenes novísimas. Sumando cerros por las alturas de Mantacocha encuentran descansando de espaldas a la bella durmiente; por acá, en las sienes de Piruro avistan a otra doncella de la aristocracia preinca.
Luceros tímidos anuncian el inicio de la noche celestial, vagabundean en el contorno del plenilunio. Estrellas –incluso la estrella de Belén– no tienen donde posarse. Pájaros de todo plumaje y pesaje usan dichos astros para descansar y hacer nidales en plena velada nocturna.
EXPRESIÓN DE UNA ARBOLEDA
QUE AROMA VIDA Y ALAMEDA
Te comunico hermanito: / alerta, menos nitrógeno, / necesario, más oxígeno, / sembremos buen arbolito.
Bosque ribereño y aliso / solicitan progresar / y pronto fertilizar / sensato árbol, enterizo.
Eres bienal culto pino, / la copa piramidal / te dé postura especial, / alivia saber su tino.
Humedal, sitio ideal / para ver crecer aliso, / así que calma bisbiso / es mi amigo coloquial.
Alegría en dulce hogar / con aire de pinus (pino) / Navidad invita vino / por su cara peculiar.
En el universo: agave, / por estos lares, cabuya, / deseo que sea tuya, / fulgure con amor suave.
Perseverante quinual / diligente milenario, / el ande sutil santuario / pide respeto puntual.
Eucalipto / infrascripto, / –grandecito–, / da fueguito. // Acentuar / el kiswar, / da batalla / nunca falla. // Ese tronco / anda ronco, / dé grosor / sin temor.
EL SIGUIENTE VIAJE EN CARRO MIXTO
De Ambo parte a las 14:00 h. el carro que va a Cochatama hace un alto en el paradero de Huácar. Aumentan los pasajeros. Ayudante y chofer acomodan con prodigalidad. Tanto meneo genera calor, varios llaman al heladero y su barquillo comestible. Salta primero la vivandera de yogurt, gelatina y chupetes, mandil y sombrero la hacen reconocible desde el primer viaje.
Para mí un yogurt duro, tieso, bien congelado, sostiene un viajero luchador.
Yo quiero el más largo, habla del chupete o marciano una señora de Wishka.
Un barquillo amarillo para que viaje por mi sed, alegoría de un tercero.
¿Por qué tiemblas al verme amiga gelatina?, pregunta y sonríe un niño que viaja junto a la abuela.
Reanuda su marcha. La carrocería cruje como si estuviera blandiéndose contra viento y abismo. El propietario-ayudante disimula su preocupación hablando temas del pueblo; el conductor lanza los chistes como dados al azar; pasajeros coleccionan buenos recuerdos y gritan a todo pulmón: Cochatama / tiene fama. En el acto, Aurora Morales Palermo e Hiber Rojas Asto me alcanzan sus dibujos elaborados en su propia realidad. ¡Abrazos!
*“El Puchkador de la Nieve”
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REFERENCIA
Osorio, V. (Editor, 2009, lunes 16 de noviembre). Acush, prospecto literario periodístico n.° 2. Huánuco, Perú: Institución Educativa Integrada “Ricardo Palma” de Cochatama, Huácar, 28 pp.