Por: Fortunato Rodriguez y Masgo*
Corre un viento medio friolento sobre el valle del Huallaga, territorio de los Chupachos, la noche ya llegó bajo un cielo azul estrellado, la luna nueva ilumina las tradicionales callecitas de nuestro romántico Huánuco, hasta las aguas del indomable rio Huallaga destellan casi cristalina por debajo del imponente puente Cal y Canto, apresurando su paso va con destino a la misteriosa montaña del oriente.
La tertulia vespertina tiene como escenario el acogedor y apacible parque San Cristóbal del barrio la “Cordovita”, hoy sábado fines de julio de los años dos mil, alrededor de la pileta cómodamente sentados en el piso están los viejos amigos de toda la vida, uno que otro con cigarro en la mano conversa sobre el misterio del Cerro “Carpish”, conocido como “come gente”, hasta se menciona lugar de los “platillos voladores”, este bosque natural encierra misterio trágicos, desde las culturas pre incas de los Chupachos y Panatahuas, lugar sagrado, cuyo transito era con precaución y reverencia, porque el taita esta vivo ahí, hasta donde llegaban para extraer la sagrada coca y maíz; como también, plumaje de las exóticas aves silvestres.
Cementerio de aviones
Los minutos y las horas nocturnas ya marcaban el tiempo; de pronto, resonó en la conversación el trágico accidente aéreo ocurrido precisamente en “Carpish”, el día era festivo en Huánuco, 8 de diciembre de 1967, en la mayoría de los hogares católicos festejaban en honor a la mamacha Inmaculada, cuando el reloj marcaba minutos después del mediodía, el avión DC-4 OB-R-148 perteneciente a la empresa aérea Faucett, despego del “tímido” aeropuerto Alférez David Figueroa Fernandini de Huánuco, con destino a la ciudad de Tingo María transportando a 67 pasajeros a bordo (61 pasajeros y 6 tripulantes).
El piloto del avión, un añejo aviador con muchas horas de vuelo en su haber, quien piloteaba en ascenso a la nave para alcanzar la altura de 10,500 pies, cuando ya volaba sobre el Cerro Carpish, de pronto colisiono una de sus alas en la nublosa montaña, de inmediato se precipito a tierra y con el impacto explosionó la nave, quedando totalmente siniestrado, sus 67 pasajeros murieron calcinados casi al instante. De los cuales, 45 eran peruanos, 8 de Estados Unidos, 2 de Bélgica, 5 italianos, 2 británicos y 5 franceses.
Los comuneros y vecinos de la zona, bajaron desesperados a Acomayo para dar aviso al puesto de la Guardia Civil sobre el accidente ocurrido, se organizaron y emprendieron el rescate, casi al instante treparon el temible Carpish, en primer orden abrieron con machete en mano una trocha para el acceso, luego llegaron los bomberos de Huánuco y Tingo María, se unieron al grupo de los rescatistas, la tarea del ascenso fue difícil, porque el terreno era inaccesible, resbaloso, en todo momento caí torrencial lluvia, después de dos días de arduo trabajo pudieron llegar a una falda del cerro, donde estaban gran parte de los cadáveres y restos del avión, el escenario era desolador y de mucha tristeza, el ambiente era frígido con mucho viento furioso, impidiendo el rescate, tuvieron que hacer una pequeña ceremonia de pago (coca, cigarro, caramelos y shacta) y pedir permiso al Cerro, para que el auquish (viejo) les deje sacar a los muertos.
Entre los fallecidos figuraban huanuqueños, quienes tuvieron que ser sepultados días despues en el cementerio general “Augusto Figueroa Villamil” de Huánuco, mientras los demás fueron trasladados a su lugar de origen. Ya en los días posteriores, se conoció el accidente aéreo no fue ocasionado por fallas técnicas; la causa fue, el piloto no calculo la altura de Carpish de 3,200 metros de altitud y no considero la neblina espesa que cubre todo el tiempo al cerro. Como antecedente podemos mencionar, el avión Mac Donnell Douglas DC-4 OB-R-148 fue fabricado en 1944, cuando alcanzaba altitud los pasajeros hacían uso de mangueras de oxígeno, porque la cabina no era presurizada.
Posteriormente, años después en la década de los 90, se suscitó otra desgracia aérea casi por el sector, otro avión se estrello en el cerro de las “Tres Alcantarillas” vecino de “Carpish”, donde perecieron mas de 50 pasajeros procedentes de la ciudad de Tingo María, entre los fallecidos estaba el empresario huanuqueño Daniel, los mal hablados manifestaban que estaba llevando un maletín de miles de dólares a la ciudad de Lima; la misma, que no fue desmentido, menos confirmado por los familiares, quedando en el misterio hasta la actualidad.
A los años siguientes, los pobladores del misterioso cerro Carpish (come gente), manifestaban entre sus entrañas de la montaña se encuentran avionetas estrellados; dentro de ellas, se pueden ver a sus ocupantes, todos ellos ya fallecidos; posterior, se pudo localizar a dos de estas pequeñas naves, a una de ellas con los dos tripulantes sentados cómodamente en sus asientos de piloto. Además, se señala dentro de la montaña están “atrapados” mas avionetas con mucha gente.
Misterio-apariciones
“En oportunidad, casi a medio día, mi hermano se encontraba en la parte alta del cerro Carpish juntamente con sus amigos, en busca de caña para flauta y de pronto vieron a una persona vestido de pantalón, casaca y kepi de color azul, estaba de espalda caminando, quisieron alcanzarlo, casi al instante desapareció, se asustaron los muchachos y bajaron inmediatamente”, dijo nos dilecto amigo Gerardo Taboada, vecino de la temible montaña de Carpish. Al parecer, era el piloto del avión siniestrado en la década del 80 quien deambula por el sector.
“Carpish, es un cerro que traga a la gente, siempre esta inquieto en busca de vidas, algunas personas caen en su encanto y mueren trágicamente” expreso doña Filomena, una persona adulta colona de la citada montaña.
“Alla por los años 80, los hermanos Elías y Fena, se fueron a Tingo María, para capturar una camioneta, por falta de pago, cada uno regresaron conduciendo su vehículo, Fena se adelanto con la camioneta embargada doble cabina, cuando ya estaba por el túnel de Carpish, vio por el espejo retrovisor a dos señoritas sentados cómodamente en el asiento posterior del vehículo que conducía, al ver esto se asustó, de inmediato acelero y en el descenso cerca a Acomayo, se cuneteo en el baden, a los minutos Elías le encontró asustado y sentado a un costado de la carretera, el vehículo inmovilizado, las dos damas desaparecieron del asiento, eran fantasmas” remarco Gerardo.
Otro caso de misterio, un conductor joven de un automóvil, venia desde Tingo María para Huánuco, cuando ya estaba cruzando el túnel, una señorita le hizo parar el carro, ella campante subió, se sentó en el asiento del copiloto y cuando reinicio el viaje, en segundos del tiempo, desapareció, era una fantasma que vagaba por el interior del conducto; esto, asusto al novel chofer y a los minutos se estrello en la bajada, cerca a “caldo de gallina”, siendo trasladado de emergencia al Hospital de Huánuco. CONTINUARA…
*Escritor, economista y abogado. E-mail: rodriguezmasgo@gmail.com Celular N.º 964759237. Foto: D.R. referencial.








