Acush por los tiempos

Por: Víctor Raúl Osorio Alania*

 Acush, las nubes áureas dan forma a los oteros, / Cerros altivos por la naturaleza ungidos, / Ungidos con neblina y arqueología de señorío puro, / Señorío preinca, joven antiguo, fibras de historia, / Historia vigente validada con su altura (acróstico y concatenación, VROA).

Reyda Rosas Morales, pastora joven, vestida con ropa colorida, ordeña con delicadeza a las vacas; su esposo, Aquino Zambrano Condezo, le ayuda ordenar los vacunos. Todos quieren una mamadita. El becerro reclama su leche, los excursionistas piden convite, la noble vaquera asegura que la leche de ese martes está reservada para elaborar queso. ¡Huuum! Qué rica lechecita. Me quedo lamiendo la ilusión del jugo blanco.

Agraciado becerrito / de ancestral tono marrón / requiere más de un cartón / para su eterno amorcito.

Grandiosa mujer lechera / desde la praxis frecuente / resulta humilde sapiente / en la función de vaquera.

 ACCESO, ALTITUD Y DISTANCIA

Una cruz de madera en Yuraq Perqa, orientada hacia el sur del firmamento, da una ojeada al pueblo de Huácar, ha sido edificada en homenaje a Tayta Compadres, lo cual refleja la presencia cristiana, aunque respetaron la magnanimidad de Acush.

El acceso bondadoso se hace imperceptible. La panorámica agraria queda reducida a la visibilidad de cinco metros a la redonda. Paciencia exige la ascensión. Dirigen el desplazamiento estudiantes ahítos de mansedumbre. Con piedad nos hacen cruzar por el camino que está cubierto con árboles, ichu, hierba y maleza. Una mano jala a la otra por el bien de la comitiva. Quien ose tomar su propio rumbo debe pensarlo dos veces porque el equipo de rescate podría demorar más de lo imaginado.

Hay neblina, nuestra voluntad, es más. Fácil adivinar que mediante tiros despavoridos cazan venados. Arguyen que ciervo, cierva, cervatillo causan daño en las sementeras de papa, olluco, maíz, haba y otros… ¡Bang! ¡Bang! ¡Bang! Fusil boca de pólvora contra venados indefensos.

Objetivo a la vista. Emoción multiplicada. Cansancio superado. Los suspiros reflejan alegría y la manera correcta de acercarse a la cosmogonía.

Huácar ostenta los 2.114 metros de altitud, Cochatama, poblado conexo al distrito de Huácar, flamea sobre los 2,900 metros y Acush, al noreste de Huácar y al noroeste de Ambo, lanza su mirada vigilante, acuciosa y privilegiada desde los 3,500 metros de altitud, en promedio.

De Huánuco a Ambo, 23 km ½, de Ambo hacia Huácar, 4 km ½, de Huácar a Cochatama, 7 km, de Cochatama hacia Acush, 4 km.

 ETIMOLOGÍA Y TOPONIMIA

¿Qué significa Acush? Ante la inexistencia de pruebas toponímicas lanzo dos hipótesis con sus variables. Uno. Akuy tiene por traducción vamos. Oyese decir, por ejemplo: Akuy wambra o hijo vamos, también, aku papay o vaya papá. Así pervive en el quechua derivado de la corriente Waywash, en la cuenca del río Chaupihuaranqa o Huertas.

Dos. Akuy. v. Comer pito de cualquier cereal. Quechua del sur peruano que deriva del estándar Yauyos.

Andando el tiempo, akuy habría derivado en Acush, indicando que llegaron a estas alturas para cuidar sus dominios o aludiendo al acto de comer algún cereal existente en la zona (maíz, haba, trigo, cebada, frijol, chocho, alverja o arveja).

 ACUSH

Acush abarca varias cúspides, logré contabilizar cuatro a pesar de la neblina coposa. Algunos vestigios facilitan la retrospección. El mortero y su respectiva collota les habría servido para moler uno de los granos indicados; por supuesto, también ajíes traídos de la selva pasaron por la demoledora. Testimonian que, en muchos hogares de Piruro, Wishka, Cochatama, Mauca guardan celosamente esos molinos manuales, utilizándolo de cuando en cuando y dando cuenta que lo trajeron en señal de una grata visita.

Palpamos, fotografiamos, lanzamos interjecciones de alegría por el mortero descubierto por nuestra delegación, ¡más que suficiente!, lo dejamos en su respectivo lugar mirando al cielo resfriado, ahí debe permanecer, sólo así transferirá buena lección.

Trozos de arcilla cocida yacen en medio de la tierra fértil, esos trozos están en la metamorfosis de volver al polvo. Cada pieza, por la forma evidencia que fue olla, resalta el marrón claro-anaranjado. Ollita de barro cocina habas shinti.

Un pircado notable corre por las cimas. ¿Sirvió para cambiar la dirección de los vientos? ¿Los acushinos permanecían atrincherados detrás de esas piedras? ¿Acaso fue límite entre ayllus indígenas?

Además, hay construcciones cuadradas y circulares. Una habitación casi indemne testimonia su arquitectura, aunque suene fantástico, gracias a que está cubierta por la maleza. Umbral y dintel contrapuestos en su ubicación, pero complementan la función de hacer la puerta pedrisca, conserva detalles de encaje casi perfectos. Esa puerta alcanza una altura de casi un metro con setenta centímetros y mira exteriormente hacia el Océano Pacífico.

En medio de la pared una calavera pide caramelo, coquita, cigarro y cañita. Brindamos con él, mostrando su dentadura blanca exige el primer sorbo. Hágalo con humildad, ese personaje proviene de épocas remotas. Todos admiran su presencia.

 ATASH, ACUSH, AUQUINMARKA…

Hay una triada perpetua de cerros altivos. Atash, Acush y Auquinmarka, restos arqueológicos de la época preinca, florecen en sus respectivas cadenas altinas, mirando y orientando el sur del mapa huanuqueño.

Aquí donde pergeño esta crónica, Acush, tiene lo suyo, vigila celoso el entorno inmediato; Cochatama, la niña de sus ojos y su corazonada preferida.

Al pie de Atash corre inmarcesible el Waqarmayu, de norte a sur, hasta desembocar en el río Huertas o Chaupiwaranga. En tanto, Auquinmarka, allende del torrentoso Huallaga, direccionado de sur a norte, a la postre, afluente principal del río Marañón y este con el Ucayali forman el Amazonas que desemboca en la cuenca hidrográfica del Océano Atlántico.

Tishgo, colina simbólica, está al frente de Acush, creo que dialogan de tú a tú; en cambio, cuando platican Atash, Acush y Auquinmarka, Tishgo hace la función de escribano, utiliza plumas hechas de nube, dependiendo la caligrafía y ortografía de las gotitas de lluvia. Cuida eufonía, tímpanos e identidad, el coloquio de Apus.

En nuestros días, Atash ocupa áreas de Mantacocha; en tierras de Cochatama, Acush; ambos en el distrito de Huácar. Mientras tanto, Auquinmarka hace respetar tierras de Tomayquichua…

FIAMBRE. Venga el fiambre. Olla común haremos y antes del almuerzo da gusto parafrasear una de las conclusiones de Ruth Martha Shady Solís, arqueóloga de Caral: «el central vertical de los pisos ecológicos era una práctica ancestral en el Perú prehispánico».

 

*“El Puchkador de la Nieve”

 

REFERENCIA

Osorio, V. (Editor, 2009, lunes 26 de octubre). Acush, prospecto literario periodístico n.° 1. Huánuco, Perú: Institución Educativa Integrada “Ricardo Palma” de Cochatama, Huácar, 28 pp.

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