Real Madrid no tuvo su mejor partido y apenas empató 1-1 ante RB Leipzig, pero aún así le alcanzó para sacar su boleto a cuartos de final de Champions League gracias a su victoria en el partido de ida.
Con la intención de tener el control, de anestesiar desde la posesión el ritmo frenético en el que tan cómodo se encuentra el Leipzig, el Madrid perdió su esencia. Su presión fue tan mal ejecutada, dejó espacios aprovechados por el rival, que instaló el temor en jugadores a los que la grada castigó con la queja en forma de silbido por actitud.
El primer tiempo no terminó a favor de Leipzig de milagro, y en el complemento el Madrid salió con otra mentalidad y empezó a apretar más adelante en el campo. Así fue como llegó el primero del partido tras un genial pase de Bellingham y una definición de clase de Vinicius para romper el cero y darle la ventaja al Madrid a los 65’.
Sin embargo, la felicidad y tranquilidad duraron poco ya que tres minutos más tarde Orbán anotó el empate de cabeza y volvió a ponerle suspenso a la serie. El Real Madrid salió indemne de su peor día en la Champions y ahora esperará el sorteo de la UEFA para conocer a su rival.