En el libro de oro de la Historia del León de Huánuco existen varios nombres y entre ellos está el de Carlos Chávez Huapalla, personaje que le dio toda su vida al equipo ‘felino’ y hoy nos cuenta sus anécdotas.
¿Usted vio nacer al León de Huánuco?
Sí, yo pude ver la fundación del León en el Colegio Leoncio Prado, desde que se fundó ya tuvo la estrella del reconocimiento de nuestra ciudad.
¿Quién le lleva al León?
Mi primo Manuel Cornejo Huapalla, jugaba fútbol y básquet en el León, entonces fue quien me llevó y había una piedra en un costado del estadio ‘Leoncio Prado’ y removíamos para poder entrar a jugar.
¿Fue ahí que se hizo socio?
En tercer año me hice socio del León y aportaba Un Sol mensual para poder entrenar; estuve en todas las categorías del club hasta que llegué al fútbol profesional y debuté en el año 1958.
¿Cómo fue el ascenso del 72’?
Lo mejor, porque luchamos como buen grupo en cada partido recuerdo que fuimos solo 14 futbolistas a Lima y yo no tenía suplente. Los cinco partidos fue sufrido y el día que subimos el estadio estuvo lleno de huanuqueños.
Háblenos del retorno a Huánuco
Volvimos a los dos días, el plan era llegar al medio día y eso no se dio porque nos detenía en varios lugares porque nos condecoraban así que llegamos a las seis de la tarde. Nos hicieron andar en hombros y todos llorábamos de la emoción del momento.
¿Se sintieron olvidados después de eso?
Sí, nos dejaron de lado, aunque cada equipo tiene su momento y en ese tiempo nos reconocieron como debe ser; yo me siento muy apenado porque yo dejé a mi León en Primera y ahora está pasando un momento triste.
¿Algún mensaje que deja para los hinchas?
El León es mi vida, porque siempre le di todo sin esperar nada a cambio y hoy con mis 83 años sigo siendo hincha e incluso si me dan la batuta de dirigir lo puedo hacer. Espero que en algún momento vuelva a Primera. Toda mi vida siempre mi grito será “¡Ruge León!”.