La vacuna como esperanza de vida

VIDA Y OTRAS CUESTIONES

Sadith Vela Collazos

“El año pasado cuando nos agarró la pandemia y la cuarentena, veíamos muy cerca, a la muerte y al miedo, y muy lejana a la vacuna. Hoy ya es realidad. Fui el primero de la casa que se vacunó. Mi familia se alegró, la esperanza se encendió en nosotros. Pensé que este momento nunca iba a llegar”. Nos dice, Aurelio, un vecino amarilense que acaba de recibir la primera dosis de la vacuna contra la Covid-19.

Informan del gobierno regional, que el 98% de las 43 mil 430 vacunas que llegaron a Huánuco ya fueron aplicadas a personas adultas mayores de 60 años a más. De la misma entidad comunican también que, cerca de dos mil adultos mayores rechazaron la vacuna contra la Covid-19, debido a la desconfianza, falta de información verídica entorno a la vacuna.

El gobierno peruano, anunció que en el país se han aplicado más 3 millones de dosis. El Perú, como Colombia, Chile, Argentina, Brasil y México inició la vacunación para tres grupos vulnerables: Primera línea, adultos mayores y personas clínicamente vulnerables.

El proceso de vacunación avanza progresivamente a lo largo y ancho del país, con el esfuerzo del personal de salud. Aunque esto haya motivado alegría y esperanza como en el caso de la familia de Aurelio, en algunas familias aún persisten ciertos temores frente a la vacuna.

Muchos investigadores, científicos del Perú y el mundo, coinciden que es un gran logro de la humanidad haber fabricado la vacuna en tiempo récord. Es una muestra del avance de la ciencia y la tecnología, la suma de esfuerzos de los países y los laboratorios para beneficiar al mundo. La pandemia, es un problema global.

Todas las vacunas que se encuentran circulación han pasado por los procesos y evaluaciones necesarias en cuanto a su efectividad, y estas no deben generar desconfianza ni temor. Las vacunas en la historia de la humanidad han significado uno de los descubrimientos más poderosos para erradicar o luchar contra enfermedades terribles como la viruela, sarampión, polio, entre otras.

Y en nuestro caso actual, nos ayudará a reducir los impactos de la pandemia. Aunque la vacuna signifique una luz de esperanza, no debemos bajar la guardia. La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que aplicarse la vacuna no significa dejar el distanciamiento físico y el lavado de manos.

Esta vacuna reducirá fallecimientos por coronavirus, olas de infección, cuarentenas interminables, pero no lo es todo, requiere de gobiernos y países responsables.

Expertos como Percy Mayta Tristán, médico especialista en estadística e investigación y salud pública; advierten que: “La vacuna protege, pero tiene margen. Ninguna de las vacunas tiene 100% de efectividad a muerte”.

Por otro lado, médicos y especialistas, señalan que las vacunas tardan en hacer efecto. La mayoría son de dos dosis. Tras la primera dosis, la respuesta inmune tarda en activarse aproximadamente después de dos semanas luego de ser aplicada. Es la segunda dosis la que genera respuesta inmune necesaria. Señala la OMS.

Se debe continuar con los cuidados porque no hay suficiente cantidad de personas vacunadas. Los ritmos de vacunación de los países son distintos, aún no hay vacuna para niños.

A todo lo mencionado, es preciso que se fortalezcan los procesos de transparencia y participación ciudadana, para la implementación del proceso de vacunación. Es importante que se mejoren las estrategias de comunicación hacia la población, para generar la confianza que amerita este proceso.

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