
Héroes del Cenepa sostienen que son los verdaderos dueños de los predios
Un grupo de pobladores llegó hasta las afueras de la sede del Ministerio Publico de Huánuco pidiendo que los ayude, desalojando a las personas que invadieron y están invadiendo sus lotes en la zona de Pichipampa, centro poblado de Marabamba.
El representante de estos pobladores, quien no quiso identificarse, pero al que le llamaban presidente; menciona que en Pichipamapa Grande, habitan personas dedicados al sembrío de chala, camote y otros productos. Manifestó que desde el año 2020 que inicio la pandemia están siendo afectados porque están invadiendo los terrenos de los pobladores del lugar.
Indicó que son posesionarios desde el año 2000, y que ningún autoridad ni institución les han notificado para dejar esas tierras. Sin embargo, señaló que tale predios actualmente están judicializadas, que los dueños son la familia Cuculiza. Además, reconoció que la exalcaldesa, Luzmila Templo, donó 452 lotes a los héroes del Cenepa.
Precisamente en respuesta a la protesta, Luis Romero, excombatiente del Cenepa, mencionó que ellos no son invasores de los terrenos en Pichipamapa; y que por el contrario son dueños, ya que les fueron entregados por la exalcaldesa Luzmila Templo, mediante una minuta y en ceremonia en la plaza de armas el año 1997.
Sostuvo que ese año cuando regresaron, después de luchar defendiendo la patria, fueron recibidos por la extinta autoridad en el cuartel militar de Yanag. Inicialmente les quiso entregar unos terrenos por la zona de Huayopampa, pero como era muy poco para la cantidad de beneficiarios, optan por otorgarles en la zona de Pichipampa.
El representante de los héroes del Cenepa, recordó que a cada uno les entrego desde 150 metros en zona plana y 200 metros en las laderas, haciendo un total de 236 hectáreas de terreno, que incluye espacios para plaza, mercado y otras áreas públicas.
Romero, además, mencionó que luego, el alcalde Eduardo Miraval, oficializó la entrega mediante documentos en el notario Espinoza, por lo que cada beneficiario tiene su escritura pública.
Dijo que como no contaban con los recursos económicos para construir, algunos optaron por venderlos, mientras que otros migraron a Lima y otras ciudades dejando su terreno, que con el pasar del tiempo ha sido aprovechado por estás personas que tomaron posesión de algo que no les pertenece.
Según Luis Romero, pretenden llegar a un acuerdo con los que se dicen posesionarios, pero, el problema es que quieren tener grandes extensiones. «La directiva manifiesta que si ya han hecho su casa se les va a respetar, pero estos señores son avaros, se han agarrado extensiones grandes y no justifican como lo adquirieron”, agregó.