Paraíso resurge luego de sufrir un verdadero infierno

Mañana 23 de agosto, se conmemoran los 53 años de la fundación del pueblo de Paraíso, ubicado en el distrito de Cholón, provincia de Marañón, departamento de Huánuco, que tiene su origen en el terremoto del 31 de mayo de 1970, consecuencia del cual los migrantes de los pueblos destruidos de Ancash, fueron trasladados hasta este valle para habitarlo y recomenzar su vida en la agricultura, afirmó Artemio Miranda Dávila, alcalde del centro poblado.

El terremoto y aluvión destruyeron pueblos enteros del departamento de Ancash, quedando miles de pobladores en la miseria total, motivo por el cual el Gobierno Militar de Juan Velasco Alvarado, ofreció el traslado de los damnificados a la selva huanuqueña para que se instalen en diversos valles de la selva de Huánuco y San Martín.

Recordó que al llegar al valle los 200 pobladores determinaron el nombre de Paraíso, por la hermosura de su paisaje y porque cualquier persona que llega a la zona puede compararlo con el paisaje bíblico de un verdadero paraíso, y que se expresó en la calidad de la tierra que permitía obtener las mejore frutas, cultivo de arroz, yuca y tantos productos alimenticios que muy pronto sus pobladores comenzaron a emerger.

 La maldición de la coca

Miranda relata, que sin embargo en 1978 llegó la maldición a la zona, cuando se comenzó a sembrar la coca por la alta rentabilidad económica y que se expandió en los inicios de los años 80, y con ella llegaron las firmas de narcotraficantes que desde 1982, fueron tomando dominio y posesión de todas las tierras para ese cultivo.

Ahí se conoció la presencia de colombianos, mexicanos, bolivianos y gringos también que se dedicaron a promover la industria del narcotráfico.

Terrorismo enfrentado a “Machi”

Agrega, que como si tanto mal fuera poco, en agosto de 1984, se recuerda el ingresó al valle de Paraíso, con una secuela de violencia y sangre derramadas en asesinatos que se fueron generalizando conforme transcurría el tiempo y generándose las primeras escaramuzas y con el narcotráfico.

El intento de control del territorio del valle del Paraíso y otras zonas cercanas, por parte del terrorismo senderista llega a colmar la paciencia de “Machi”, un jefe de las firmas del narcotráfico, consecuencia del cual, en noviembre de 1987, un grupo de por lo menos 100 senderistas ataca y rodea la espectacular casona de “Machi”, un palacio de mármol (al estilo de las mejores películas del cine norteamericano).

Machi resiste el primer día, pero hay muchas bajas en sus filas, que lo llevan a ceder terreno y hacer peligrar su propia vida, motivo por el cual se ve obligado a pedir ayuda, por radio, a las Fuerzas Armadas que llegan el segundo día en dos helicópteros que “roquetean” a las filas senderistas que responden con armas largas e incluso dicen que usaron bazucas atacando a los helicópteros.

La resistencia senderista es de tal magnitud, que termina por ir reduciendo de a poco a todo su grupo armado de “Machi”, al extremo que los helicópteros deben usar armamento más pesado, rescatando a “Machi”, bombardeando el palacete al extremo que no quedaría mármol sobre mármol, y derrotar a las huestes senderistas en una batalla que los pobladores dicen que duró cuatro a cinco días.

Bajo este panorama de violencia y enfrentamientos el valle que estaba poblado por más de 10 mil personas, se fue reduciendo de a poco, mientras los que se quedaban sufrían los embates del narcotráfico y de la violencia senderista, al extremo que de las 200 familias que fundaron Paraíso, solo quedaron diez en la zona.

Termina la pesadilla

Señala que, desde los inicios del siglo XXI, los aires de la pacificación permiten a los sobrevivientes decir que, el infierno se terminaba y que emergían nuevos vientos con posibilidades de resurgimiento, que lo llevan al progresivo repoblamiento, motivo por el cual se les reconoce como centro poblado.

Con nostalgia, Miranda recuerda que muy joven en el año 2002, asume el reto de participar en las primeras elecciones municipales del centro poblado, resultando elegido alcalde en memoria de su padre, uno de los fundadores del pueblo en 1970, habiendo impulsado el repoblamiento condicionado a la agricultura con productos lícitos y que llevarán progresivamente consigo acelerado crecimiento poblacional en torno al pueblo de Paraíso y la creación de diversos caseríos y villorrios.

El nuevo Paraíso

Finaliza, su alocución resaltando que, desde aquel 23 de agosto de 1970, transcurrieron 53 años de ilusión inicial, de los fundadores por el valle tan productivo de todos los productos agrícolas, luego la maldición del narcotráfico y los infiernos del terrorismo, pero en los albores del nuevo Siglo XXI retorna la esperanza, al extremo que estuvo a un paso de convertirse en distrito, que no se cumplió por la traición política en el Congreso de la República.

Sin embargo, conforme transcurre el tiempo con el nuevo Puente Megote, el desarrollo económico de la palma aceitera y los frutales, permiten vislumbrar que el Valle de Paraíso se puede convertir en el futuro económico social para toda la selva de la provincia de Marañón, involucrando a los valles de Santa Rosa de Alto Yanajanca y La Morada.

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