En la ciudad de Huánuco, el 99.9% de los conductores de taxis, colectivos y mototaxis son varones. Las pocas mujeres que se dedican a este oficio enfrentan acoso, maltrato e incluso intentos de tocamiento por parte de los pasajeros, según denunció RDA a Tu diario, una de las conductoras que prefiere mantener el anonimato por temor a represalias.
RDA es conductora de un trimóvil, trabajando un promedio de 15 horas al día desde hace más de siete años. Durante este tiempo, ha conocido a otras colegas que también conducen trimóviles en Huánuco, aunque no superan las diez. Ha observado que algunas mujeres han intentado trabajar como taxistas por algunas semanas o meses, pero renuncian debido a la falta de respeto hacia su condición de mujeres trabajadoras.
RDA detalló que, en ocasiones, algunos pasajeros han intentado tocar su cabello o espalda mientras conducía, lo que la ha obligado a ponerles un alto y advertirles que los denunciaría si no corregían su comportamiento. Otras colegas han recibido insultos y falta de respeto al intentar hacerse valer, expulsando a los infractores de sus mototaxis, quienes a menudo huyen sin pagar por el servicio.
Estas mujeres trabajan para sostener sus hogares, siendo todas informales, sin seguros de salud ni pensiones. Trabajan día a día y ahorran un poco de dinero para la reparación y mantenimiento de sus vehículos.
Entre los más de 20 mil colectiveros, tanto formales como informales, hay unas pocas mujeres, no más de 30 o 40, que laboran entre 12 y 14 horas al día. También soportan maltratos de algunos pasajeros que no respetan su condición de trabajadoras y mujeres. Lola, una colectivera de Huánuco a Pillco Marca, menciona que algunos pasajeros intentan sobrepasarse o invitarlas a tomar cervezas, lo que las obliga a ponerles freno de inmediato.
En la línea B1, que cubre la ruta Mercado Modelo, hay dos señoras que son conductoras de microbuses. Según sus colegas, trabajan tan bien como cualquier varón, son muy responsables y cumplen con la ruta a pesar de la congestión vehicular en zonas críticas como el Mercado Modelo y La Esperanza.
Las cobradoras de combis y microbuses, alrededor de 20 mujeres, son las más expuestas a sufrir tocamientos y falta de respeto. María Leonor, cobradora en la ruta Andabamba, Pillco Marca hasta el Mercado de Huánuco, señala que en esta ruta se debe ser muy firme, ya que continuamente se encuentran pasajeros que intentan sobrepasarse. Lucía, cobradora en la ruta a La Esperanza, menciona que la mejor forma de hacerse respetar es ser firme, ya que la calle es una «Universidad de la Vida» que enseña cómo sobrevivir.
Estas mujeres demuestran una increíble resiliencia y valentía al enfrentar los desafíos diarios de su trabajo, luchando por el respeto y la dignidad en un entorno predominantemente masculino.