Tras un largo proceso de la mano de la Municipalidad de Tantamayo y el Programa Pensión 65, lograron obtener el DNI de un adulto mayor sordomudo y hace pocos días cobró su primera subvención. Este es el final feliz de un adolescente abandonado por su familia.
Wilder Martel Atencia, el nuevo nombre que adoptó esta persona foránea, que llegó a la localidad de San Pedro de Pariarca, distrito Tantamayo, hace unos 58 años. Según Aurora Martel, quien la adoptó como su hermano, fue una noche de invierno, cuando lo hallaron gritando, ella era niña de 12 años, y la asustó el joven sordomudo.
Fueron sus hermanos mayores quienes decidieron hospedar al extraño y desde entonces se quedó. Habría sido abandonado por sus hermanas consanguíneas porque su madre murió.
Durante todos estos años, vivió sin DNI. Tras identificar el caso, intervino Pensión 65 e hizo las coordinaciones con Reniec, para los trámites. Tenían que encontrar familiares que lo registren, de ahí que consiguió legalmente una nueva familia: Aurora y hermanos. Cuando todo ya parecía encaminado para brindarle una subvención económica, hubo un error en el Sisfho, pues lo declararon no pobre. Tuvieron que pasar seis meses para una nueva clasificación socioeconómica, y recién Pensión 65 priorizó a Wilder que ya tiene unos 80 años.