Joven víctima de trata de personas ahora es una próspera bodeguera

Resiliencia y valentía son dos términos que definen a Patricia, una joven emprendedora que al cumplir 18 años y egresar del Centro de Acogida Residencial Especializado (CARE) Gracia, del Programa Integral Nacional para el Bienestar Familiar (Inabif), del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP), inauguró con mucho esfuerzo su propia bodega de abarrotes en una ciudad del interior del país..

Gracias al programa piloto de integración económica de jóvenes sobrevivientes de trata de personas, que apoya la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la joven recibió las herramientas necesarias que le permitieron crecer y elaborar un plan de negocios que la animaron a emprender un pequeño negocio con ilusión de convertirse en una próspera bodega familiar.

La historia de Patricia destacó en el marco del Día Internacional de la Mujer y resulta un ejemplo para miles de mujeres que desean salir adelante pese a las adversidades. Como otras jóvenes de los CARE del Inabif, ella recibió el apoyo del equipo multidisciplinario de la institución y participó de los talleres de emprendimiento que se implementan desde el 2021 con la asistencia de la OIT.

De esta manera, Patricia recibió capacitación en el curso de educación financiera y en la metodología Género y Emprendimiento Juntos (GET Ahead) impartido por Gloria Palomino, coordinadora del CARE del Inabif, quien previamente fue capacitada por la OIT en esta metodología.

Fue así que la joven emprendedora elaboró su plan de negocios consistente en una bodega de abarrotes. El plan contempló, entre otros puntos, la adquisición de una refrigeradora para que su madre almacene y conserve las verduras que vende de manera ambulatoria en un mercado.

La Empresa BELCORP también creyó en la propuesta y en el entusiasmo de Patricia y la apoyó financiando su emprendimiento, mientras que la ONG Alternativa asesoró en la implementación y cooperó en el acondicionamiento de la casa donde funciona la bodega.

Patricia, de 18 años, avanza en su proceso de reintegración social y económica, con el apoyo de su madre y da una muestra de resiliencia y valentía.

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