El ministro de Economía y Finanzas, Alex Contreras, señaló que las protestas en varias regiones del país estarían generando un costo de 60 millones a 100 millones de soles por día. “Hay un impacto diario estimado de lo que cuestan las manifestaciones que está entre 60 millones y 100 millones de soles”, manifestó.
“Eso implica menos ingresos para las familias porque no están yendo a trabajar, hay empresas que no están vendiendo y también menos recursos para las regiones porque hay menos aportaciones, menos impuesto a la renta y menos canon, además de los enfrentamientos entre los propios peruanos”, agregó.
Sin embargo, Alex Contreras, sostuvo que las protestas generarían un impacto moderado en el crecimiento económico del presente año, considerando que solo faltan poco más de dos semanas para culminar el 2022.
No obstante, refirió que diciembre tiene una dinámica especial y las empresas proyectan una mejora de sus ventas. “En diciembre hay más movimiento, mayores ventas y, en ese sentido, es importante que se pueda restablecer las actividades económicas con normalidad”, afirmó.
“Muchas empresas están endeudadas, golpeadas y tienen que pagar sus créditos y planillas”, añadió.
Asimismo, consideró que es fundamental construir una agenda, para lo cual la presidenta de la República, Dina Boluarte, ya ha sido enfática y señaló un camino trazado hacia nuevas elecciones. “Es fundamental que nos sentemos a conversar, debemos entender que todos somos sobrevivientes de una pandemia y no podemos seguir en esta situación”, dijo.
Por su parte, el ministro de Comercio Exterior y Turismo, Luis Fernando Helguero, lamentó los reclamos radicales en varias ciudades del país y afirmó que estas protestas están afectando el turismo y el comercio exterior en el Perú.
“Estamos en medio de protestas que tienen cierto grado de legitimidad, pero no al nivel que se están dando. El momento actual es muy sensible y viene afectando el turismo y el comercio exterior”, enfatizó.
Señaló que las tomas de aeropuerto están generando un daño gravísimo a la actividad turística de las regiones y de todo el país, toda vez que los turistas varados, por no poder entrar o salir de las ciudades, se llevan una mala imagen del Perú.