Johnny Antonio Cruz Córdova (52) es el primer oficial de la Policía Nacional del Perú en Huánuco en ser sentenciado por el delito contra la administración pública en la modalidad de cohecho pasivo propio en el ejercicio de la función policial en agravio del Estado representado por la Procuraduría Pública Especializada en Delitos de Corrupción de Funcionarios Huánuco. El referido comandante fue condenado a seis años de cárcel al igual que el suboficial Jhorel Danfer Fernández Acosta (26), quienes deberán pagar una reparación civil de nueve mil soles.
Fernández Acosta está recluido en el penal de Potracancha desde el 8 de octubre del 2020 y Cruz Córdova está detenido desde el 4 de noviembre del 2020 y de confirmarse la condena por corrupción en segunda instancia, saldrían en libertad el 2026.
CASO. Según la acusación realizada por el fiscal Paolo Enrique Sánchez Rondón del Tercer Despacho de la Fiscalía Especializada en Delitos de Corrupción de Funcionarios Huánuco, el comandante Johnny Cruz en su condición de auxiliar de investigación de la Oficina de Disciplina de Inspectoría solicitó 5 mil soles al suboficial de la comisaría de Cayhuayna, Jhyan Jorge Amador Remigio por intermedio de suboficial Jhorel Danfer Fernández Acosta, quien era el conductor de la Oficina de Disciplina de Inspectoría.
El pedido de dinero era con la finalidad de no comprenderlo en una investigación administrativa disciplinaria, debido que dicho agente habría participado en un accidente de tránsito la madrugada del 6 de octubre del 2020 en la carretera Huánuco a Tingo María, altura del Club Law Tennis, en Amarilis. El argumento era que dicho agente estaba en presunto estado de ebriedad, hecho que es considerado como infracción grave al Régimen Disciplinario de la Policía Nacional del Perú y cuya sanción era el pase a la situación de retiro.
El mismo 6 de octubre a las 11:00 de la mañana el comandante de guardia, brigadier Fernando Quezada Zapata informa al comisario, teniente PNP Tom Dennis Pérez Cristóbal que, el comandante Johnny Cruz Córdova quería comunicarse vía telefónica con él, procediendo en ese instante a atenderle la llamada mencionándole en ese momento el ahora sentenciado si conocía que el suboficial Jhyan Jorge Amador participó en algún incidente, ante ello el comisario dijo que no e incluso el referido agente estaba realizando su servicio con toda normalidad.
Ante la orden que el suboficial Amador debía comunicarse con urgencia con el comandante Cruz, el encargado de la guardia le proporciona el número de celular
997544343 y es donde el agente que supuestamente había protagonizado el accidente de tránsito llama desde su celular personal 975152620 al oficial que pide dirigirse a inmediaciones de la Universidad Nacional Hermilio Valdizan, donde estaba y atendiendo la orden superior el subalterno acude al lugar, pero al llegar y no encontrarlo vuelve a marcar su número y el ahora sentenciado le dice que estaba camino al restaurante Sol de Mayo para almorzar.
Ante la pregunta donde quedaba dicho lugar, el oficial respondió “que no te acuerdas de tu travesura de anoche”, respondiendo el suboficial de “que habla mi comandante” para luego decir que iría a su encuentro. Al llegar al local de venta de comida, el cual está ubicado en la carretera Huánuco Tingo María, el policía Jhyan Jorge Amador vuelve a llamar al oficial para informar que estaba afuera del restaurante y segundos después recibe una llamada del número 982489020 perteneciente al agente Jhorel Danfer Fernández Acosta.
Dicho efectivo que estaba con el oficial salió a su encuentro y ante la pregunta del suboficial Amador Remigio del porque el comandante estaba buscándolo, dijo que era por el accidente que había protagonizado y que al borde de la pista habían encontrado packs de cerveza y ante ello, el suboficial dijo que desconocía, porque él estaba en su casa y su carro lo había prestado a un familiar. Ante ello Fernández Acosta, quien fue sentenciado como cómplice primario, dijo que para solucionar el problema el comandante estaba pidiendo una mano a lo que el suboficial Amador preguntó si era 500 soles, pero Jhorel respondió no, son 5 mil soles.
Ante la respuesta que no tenía dicha cantidad porque estaba apoyando a sus padres y a su familia, Fernández Acosta, dijo entonces le diré al comandante retirándose del lugar. Minutos después, el agente que prestaba servicios en la comisaría de Cayhuayna llama nuevamente al comandante para presentare, pero el oficial le dijo ‘no, no tu ya sabes’. Ante dicha respuesta Amador Remigio llama al suboficial Fernández Acosta para conversar sobre el dinero solicitado para no ser investigado y al no lograr convencer al supuesto infractor al Régimen Disciplinario, el comandante Cruz Córdova que estaba con descanso médico del 3 al 9 de octubre acude a la comisaría para elaborar el documento ‘visita de constatación’.
Para la fiscalía que investigó el caso, la visita fue irregular, esto porque el oficial estaba con descanso médico por padecer de lumbalgia ciática y por lo tanto no podía realizar ningún tipo de función propias de su cargo, como ir de visita a la comisaría de Cayhuayna, dicho acto fue considerado por el Ministerio Público como un acto de presión para conseguir el dinero.
En un año y nueve meses del hecho, el fiscal a cargo del caso logró probar su acusación basado en el informe pericial fonético de los audios, reporte de llamadas telefónicas, declaración de testigos y otros elementos de convicción que fueron valorados por el juez Luis Pasquel Paredes.
ALGO +
La lectura del fallo judicial fue realizada de manera virtual ayer en la tarde y el 18 de julio a las 5:40 de la tarde será la lectura completa de la sentencia.