Todo soldado patriótico afirma: «La patria es mi madre», quien profesa una opción teológica no se queda atrás: «Mi madre configura a María, la progenitora de Jesús», el común de los mortales tiene propia premisa: «Primero mis padres y mis hermanos»; los árbitros esgrimen propia justificación: «Una madre tengo en la casa, y, la otra “vive” en el estadio», las personas involucradas en el quehacer literario y periodístico, por lo general, formulan bienhechora relación: «Mayo es a madre, como verso a oda».
RESEÑA. Segundo domingo de mayo: Día de la Madre. En 1911, aniversario de la muerte de la señora Jarvis, celébrese (en el Estado de Virginia) el primer Día de la Madre. En 1914 Ana de Jarvis logró que el presidente de los EE. UU. Woodrow Wilson firmara la resolución del Congreso americano visando por primera vez el Día de la Madre. El Perú la instituyó en 1924, autógrafa de Augusto Bernardino Leguía y Salcedo.
España celebra el Día de la Madre el primer domingo de mayo, Bolivia, cada 27 de mayo, Argentina, el tercer domingo de octubre, en tanto, Brasil, Colombia, Ecuador, Perú, Uruguay el segundo domingo de mayo. En todos los casos hay reflexión y emoción, retrospección y prospección.
LUZ PARA MIS OJOS. Un mensaje de mujer a mujer logra plasmar la maestra Sonia Astuvilca Delgadillo, por ello, a través de la creatividad literaria, reconoce a la madre y menciona con voz atildada desde el majestuoso bosque de piedras de Huayllay: Luz para mis ojos.
Madre, una palabra con mucho / significado y valor, / todo lo transmite con afecto / hecho calor.
Con solo pronunciar / esta palabra bella, / miro al cielo, suspiro y / digo en mí: / Eres la luz que ilumina / muchas estrellas, / con tu cuidado y ternura / formas seres humanos que / mañana serán el futuro / de una sociedad de cambios, / en bien del desarrollo / de cada nuevo pueblo.
Tu amor y sacrificio / son la esperanza de muchas / vidas en este mundo, / donde muchas veces / resalta la desigualdad, / discriminación y el desamor / hiriendo con ello los corazones / que día a día laten / en cada uno de los seres humanos.
Amor de una madre / hacia los hijos / es único, / ¡inigualable!, / majestuoso…
Basado en luchas y sacrificios / no encuentra uno / (como hija o hijo) / el reemplazo de ellas, / porque madre es perpetua / como las alas del cielo.
¡Oh, firmamento, escucha mi voz! / ¡Mi madre eres tú, por siempre! / ¡Por ahora, soy la madre de mis versos!
MADRE LIDERESA. Viuda a los 25 años de edad, el cambio de estado civil le produjo vértigo, dicho acto prevalece sobre cualquier tipo de tragedia shakesperiana. El presente del futuro no acepta regañina, porque debe ralentizar la poca alegría y asimilar el reto de educar a sus dos menores hijos, Beatriz (3) y Elio (5).
Lloró porque tenía que llorar, enterró a su pareja en medio de salmodias, rezos, inenarrables promesas de quienes fueron los empleadores de su esposo Bernardo de 28 anuarios, para variar los familiares dejaron su precinto de palabras. «Vamos a cuidarlos».
Las promesas fueron volátiles, todo pasó antes que cante el discípulo del caballero Carmelo, pero ella tuvo la excelencia de enfrentar la situación con absoluta decencia, coraje y las ansias permanentes de superación.
Señor gerente, mi esposo falleció en su empresa, por lo mismo, le solicito cubrir ese puesto, habló convencida y mirando a los ojos al financiero.
Señora, vamos a compensar la muerte de su marido, con ese dinero de seis dígitos usted no necesita buscar empleo alguno, intento de rutina que siempre le dio réditos.
¡Puede ser dio pase al debe ser! La oficina del empresario era testigo de este inusual hecho, la voz de la señora enlutada podía escucharse más allá de las cuatro paredes, los mineros alentaban a lo lejos, incluso vitorearon el nombre hasta quedar afónicos.
Al presente, soy padre y madre de mis hijos, y siempre me ha gustado tener un empleo.
Señora Teresa, el muqui es celoso, podría enojarse con la presencia suya. La historia minera del mundo no registra la presencia de mujer alguna.
¿Está hablando del muqui, patriarca de las minas? Él sabe mi realidad, porque es hermano de la illa e hijo de la pachamama y del jirka.
¡Inquietud quieta! El administrador y los intentos disuasivos quedaron sepultados, ¡bien sepultados!, extinguidos, ¡no había ni cenizas!, pulverizados con discernimiento, mientras tanto, la mujer triunfaba porque supo argumentar el pedido laboral con leyes pertinentes.
Ilusión y realidad condujeron a los años en aquella zona. Teresa dio el batacazo siendo virtuosa en el amplio sentido de la palabra y de toda actitud, por ello, era habitual escuchar entre sus compañeros de labor: ¡Madre lideresa! Elio y Beatriz en casa repetían en coro: ¡Nuestra madre hace liderazgo puro!
IDÓNEO. El gorjeo de distinguidas aves / acarrea poemas en las naves / para la Madre en este locuaz Día / que sea fortaleza en coplería, / en unísono va la humanidad / y pone nervio a la solemnidad. / Si la progenitora aún existe / la sucesión evoluciona e insiste. / ¿Cómo entender la ausencia maternal? / Evocando su imagen matinal.
Simeona Alania Ricra es mi madre, / Julio Osorio López, mi alerto padre, / me hicieron surgir como poesía / lo cual rememoro con alegría, / Julio Sergio, Manuel Adrián, Alfonso, / Rubén, Arnold, hermanos de arte intonso, / Norma, Flora Katty, Daysi, Celinda / son las hermanas que reparten guinda, / echan números y letras los nietos, / con derecho y mérito los biznietos.
Paréntesis hago por mi mamita / y por todas en esta mañanita, / llegó el segundo domingo de mayo / deseo contenerlo con un rayo, / ella dispersa amor y gratitud / lo forja contenta de plenitud, / suprema mamá, es la mera verdad, / soberbia en historia y realidad, / mis emociones palpitan y avanzan, / las madres y razones no se cansan.
PALMARIO. Las preguntas más complicadas dilucidan las madres con paciencia y sapiencia. Estando presentes, incluso ausentes, irradian luces de educación, dichas lecciones perviven y repercuten como sinfonía desde lo pretérito hasta el porvenir, desde mañana hacia el presente. ¡Feliz Día Mamá!
*“El Puchkador de la Nieve”