El avance de la pandemia en la región ha impedido que varias municipalidades realicen trabajos de prevención de riesgos y desastres, consistentes en encausamiento de ríos, limpieza de quebradas y retiro de material sedimentado de cauce de los huicos.
En el caso de la municipalidad de Amarilis, dos proyectos encaminados en el Fondo Para Intervenciones ante la Ocurrencia de Desastres Naturales (Fondes) quedaron truncados, y el inicio de las primeras lluvias vuelven a preocupar a las autoridades.
Según el subgerente de Defensa Civil de la municipalidad de Amarilis, Luis Agüero Ciriaco, se trata de la descolmatación de la quebrada de Angorragra (Llicua) y Jancao (La Esperanza), actividades paralizadas por el crecimiento del SARS-CoV-2, cambio de ministros y otras situaciones propias de la coyuntura política.
Dichos proyectos estaban destinados a salvaguardar la vida de cientos de pobladores asentados en zonas de alto riesgo. Las gestiones avanzaron hasta un 90% pero quedaron truncas, los afanes de mitigar los riegos por parte de las autoridades se convirtieron en una inacción total.
Agüero precisó que en el caso de Angorragra existen más de 300 familias en grave riesgo, donde hace falta trabajos de descolmatación, estabilización de taludes y limpieza general de quebradas, habiendo un riesgo inminente. Dicha quebrada no tiene una activación hace 40 años aproximadamente, cuenta con taludes inestables, lamentablemente la población no acepta la gran exposición al peligro en la cual se encuentra.
Respecto a la zona de Jancao, hay más 80 familias en peligro por el desborde de la quebrada hacía la población, esta zona representa menor peligro por el número de familias, pero se hace necesario realizar los trabajos de prevención.
El funcionario entre otras cosas, atribuyó la responsabilidad a las autoridades anteriores y negligencia de las personas que se asentaron en lugares de riesgo, donde estas quebradas al paso de 50 a 100 años vuelven a activarse dejando a su paso victimas que lamentar.
El representante de Defensa Civil, recordó que la municipalidad provincial de Huánuco, el 2018, aprobó una ordenanza que dispuso el estudio de ciudades sostenibles, donde se detectó que el 80% de población en Huánuco vive en una zona de riesgo alto a muy alto.
Precisó que esta ordenanza debió haberse aprobado el 2009, pero por situaciones políticas quedó encarpetada, dando pasó al desmedido crecimiento de la población por los cerros y el cauce de los huaicos, donde inclusive algunos lograron titulaciones.
En resumen, para Agüero, la pandemia ha sido el mayor impedimento en la prevención de desastres para muchas municipalidades que pueden tener saldos lamentables con las próximas lluvias, no obstante, los presupuestos locales son insuficientes para realizar estos trabajos, por lo que se requiere el compromiso del gobierno regional.
PLAN DE CONTINGENCIA
Por su parte, el director (e) de la Oficina Defensa Civil del Gobierno Regional de Huánuco, William Ríos Cieza, respecto al tema de las lluvias y a la inacción de las autoridades locales para mitigar desastres, consideró que con respecto al año anterior las precipitaciones pluviales serán considerables el 2020.
Sin embargo, asegura que tienen en stock suficiente de ayuda humanitaria y combustible para atender situaciones de emergencia, como inundaciones y afectación a las vías de tránsito. Recordó que el trabajo de emergencia es compartido con los gobiernos locales y desde el gobierno regional, elaboraron planes de contingencia, teniendo listo: cochones, carpas, frazadas y alimentos.
ALGO +
La municipalidad de Amarilis no puede destinar ningún presupuesto por tener los proyectos encaminados en Fondes, validado por el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), lo que agrava aún más la situación.







