Por: Víctor Raúl Osorio Alania*
Los escritores de Aucayacu tienen frescor en la narrativa y poética, abordan con sobriedad las brumas que arrasaron a nuestro país. En el acto, parodiando al ave fénix levantan vuelo para transmitir valores entre las generaciones del Parque Nacional Cordillera Azul.
ENTREVISTA
Indagando por calles y barrios, en aulas y redes sociales, recibo información del maestro, periodista y escritor Segundo Jara Montejo, hombre de verbo intrépido y pulcro.
¿Cuándo y dónde nació? Nací en “Madre Mía”, un pequeño poblado, ya no existe, el río se llevó. No tengo tierra, pero asentaron la partida de nacimiento en Aucayacu. Soy aucayaquino. Nací el 25 de setiembre de 1965, por cuestiones del destino mi padre me asentó el 16 de octubre…
Uno es la partida de nacimiento y el otro, su partida bautismal. ¿Quiénes son sus padres y hermanos? Mi padre, Melquiades Jara Penadillo (92), mi madre, Olinda Montejo del Castillo (87). Un hermano fue asesinado en 1995, producto de la violencia política. La mayor es profesora cesante, Irene Jara Montejo, sigue Lugo, ha estudiado educación en el Instituto José Crespo y Castillo de Aucayacu. David es un reconocido empresario de Aucayacu (“Imprenta Karelyn”, Jr. Grau). Inés Jara se encuentra en Italia y Carlos Alberto vive en Pucallpa.
¿Estudios? Soy hechura de Aucayacu, trato de romper el mito de ser profeta en mi tierra. Estudié primaria en la Escuela de Varones N.° 32495, ahora, Institución Educativa Hans Víctor Langemak Michelsen. Antes no se tenía carpetas, con los maestros teníamos que buscar maderas y hacer nuestras propias carpetas, los que tenían un poquito más de recursos venían cargando sus carpetas y luego se los llevaban. Secundaria hice en el Colegio Nacional Mixto Inca Huiracocha, hoy, Institución Educativa Inca Huiracocha, soy promoción 1983, Baluartes de la Justicia Social.
Salí del pueblo para alistarme en el Batallón de Fuerzas Especiales 314. Estuve fuera año y medio. Regresé para estudiar en el IESPP José Crespo y Castillo. También estudié periodismo en la Universidad Jaime Bausate y Meza, logré titularme en 1999, teniendo grado de bachiller y licenciado en periodismo. Pude hacer la maestría en la Universidad Nacional Agraria de la Selva en Gestión Pública, al presente, estoy haciendo la segunda especialidad en Ciencias Histórico Sociales (Unheval).
¿A qué literatos admira? En la cuestión del sentido social, José María Arguedas [Altamirano], me gusta, El Sexto, Yawar fiesta, El zorro de arriba y el zorro de abajo. De la cuestión de inspiración narrativa, la literatura de Mario Vargas Llosa es puro metalenguaje, más elegante todo; en tanto, Jaime Bayly [Letts] muestra irreverencia.
¿Vuestras obras tienen acogida en Aucayacu? Rescato al colegio Inca Huiracocha que me ha dado prestancia y apoyo, en especial, al profesor José Berrospi Vargas que siempre inculca en los estudiantes la lectura de cuentos; lo mismo puedo decir de la maestra Jaqueline Bravo del Colegio Hans Victor. Ambos docentes adquieren mis libros, me invitan a las ferias, hacen gigantografías, etc.
La maldición de Rebeca para los chicos de primer y segundo grado, Le avisas al general para tercer y cuarto grado, No encuentro mi oreja para cuarto y quinto grado. ¡Mis tres publicaciones me causan alegría!
AUSCULTANDO
UNO. No encuentro mi oreja, impresión 2018, 149 páginas, carátula y contracarátula en fondo granate. La solapa izquierda incide en la biografía del autor, en tanto, la solapa derecha presenta una sinopsis de la obra aludida. 10 narraciones no se sienten obligadas ni desganadas para testimoniar (a modo de reversión), sobre la violencia sociopolítica que fue sentida en gran parte del Perú.
No encuentro mi oreja parece una expresión del neerlandés Vincent Willem van Gogh (1853-1890) indagando por su oreja izquierda, sin embargo, es la propuesta de Segundo Jara Montejo que intenta sintonizar latidos y quejidos de la Amazonía, es maravilla de mezcla en tiempo preocupante: 1984.
El subprefecto les informó que el «gobierno del arquitecto Fernando Belaunde Terry, a través de su organismo respectivo, ha declarado en estado de emergencia la zona del Alto Huallaga, y que la fuerza armada estará a cargo del orden interno a través del comando político militar» (p. 125).
DOS. La maldición de Rebeca y los relatos de don Melquiades, edición 2022, 83 páginas, portada y contraportada en fondo lila con letras e imágenes doradas. Resúmenes de su tríada literaria presenta en las solapas.
Propone un cúmulo de bendiciones, puede sonar como antítesis, pero son 9 relatos que recogen el tintineo de la lluvia, las andanzas de los ríos, el parloteo amical de muchos y pocos.
El primer relato es homónimo del título general. Pesca bendecida obtienen Landauro (comunicador) y Segismundo (docente). En la noche de dilatada oscuridad Segismundo termina atrapado por la sirena (Rebeca) en sus dominios del río Huallaga. La pareja de tórtolos viaja río arriba hacia Tingo María y vuelve preocupadísimo hacia Aucayacu. La diosa acuática reclama por el ecocidio vertiginoso. El segundo encuentro demora por temor de él, mientras ella “pasea” escoltada por cardúmenes. El tercer encuentro sirve para informar el compromiso ambiental de los actores sociales y políticos, a la sazón, “Segis” cree que por fin podrá intimar con la deidad acuática, eso nunca pasó ni pasará. Ahora, cada quien hace lo suyo y con los suyos.
TRES. Le avisas al general, segunda tirada de 2024, 183 páginas, tapa y contratapa en verde sombreado con negro, ambas solapas exaltan al susodicho y su obra. Diez capítulos tienen alguna coincidencia con otros testimonios.
Charito fue rehén de los alzados en armas y del Ejército en tiempos continuos. Es liberada bajo exordio en Tarapoto, era agosto de 1994. « ¡Ah!, Charito, ni una palabra de lo que has vivido aquí, de lo que te han hecho.» La respuesta es más que obvia, porque ella anhela recuperar la libertad. « ¡No mi coronel, no voy a decir nada!» (p. 176).
Charito e infortunio parece que silban en la misma dirección. Con Reinero, suboficial, convivió siete meses en Iquitos, pronto fue abandonada junto a su hijita Roxana Estefani. Vuelve a Tarapoto. Conoce a Daniel y conciben un hijo, él decide abandonarlo por “su triste pasado”. Volvió la emoción en el Alto Huallaga y se compromete por tercera vez. ¿Será la definitiva?
GRATITUD
A los estudiantes del Instituto de Educación Superior Pedagógico Público José Crespo y Castillo de Aucayacu: Jose Bartolome Simon, Hugo Espinoza Montoya, Leslie Llanos Evaristo, Miguel Prieto Valderrama, Jhade Sánchez Ramos y Celia Sarmiento Rojas.
*“El Puchkador de la Nieve”









