Señor de Burgos y su tradicional procesión

Por: Fortunato Rodríguez y Masgo*

 

Una acogedora noche acaba de llegar, cubriendo el cielo de sabana azul, bordadas de inquietas estrellas, quienes danzan al ritmo imaginario de cautivante melodía alrededor de la mamacha Luna allá arriba donde vive taita Dios.

Mes de octubre, mes sagrado de fe a nuestro Señor de Burgos, venerado por los huanuqueños, gratos recuerdos se envuelven “quipichado” en el baúl de las memorias; momento propicio, para extraer algunos de ellos y revivir momentos inolvidables vividos en nuestro Huánuco querido de ayer, en nuestra corta vida por este espacio terrenal antes de tomar el tren de la vida sin retorno.

La shacta “purito aguardiente” de Vichaycoto, la sagrada coquita verde de Monzón, cigarrito Inca, son fieles compañeros en esta frígida noche y están presentes en la pequeña mesa de madera de cedro viejo, tendida sobre ella una delicada mantita blanca tejido de fino algodón en Pachabamba, alumbrando la oscuridad dos velitas prendidas a los extremos de la sala de la casa, donde se encuentran Shatuco, quien está afinando su guitarra hecho por el maestro Víctor Flores en Paucarbamba, Shapaco está “punteando” su mandolina y Amacho está “remojando” su garganta para cantar nuestros huaynos, mulisas y chimayches huanuqueños en esta noche de recuerdos; es diestro, porque es la primera voz de la Sonora Zapata, canta con sentimiento de Acomayo su tierra natal, alumno de Economía de la Unheval.

De pronto, se precipita una torrencial lluvia, truenos y relámpagos llegan hasta la cumbre del jirca Paucarbamba, atemorizando a la población de Llicua, su ira del taita cerro hace retumbar las paredes de nuestra vieja casona, situado en el jirón Independencia “aladito” del Cerro Jactay, “debajito” de la cequia “madre”; mientras, un “travieso” rayo aterrizó en Pomares alrededor de la antena de Radio Huánuco, silenciando su voz hasta nuevo aviso, por recibir una descarga , quedando dañado “un tubo” del transmisor.

Para enfrentarnos a esta noche friolenta tenemos a la “atrevida” shacta de Vichaycoto, para comenzar la primera copita es para el jirca y la segunda para la pachamama, cumplido este obligado ritual jaranero, damos paso al primer copón de aguardiente “purito”, ingresa como candela al estómago y de inmediato cascabelea la cabeza, haciendo revivir los sentimientos, hasta te conduce al mundo de las memorias.

Para abrigarnos, Shatuquito “rasca” su guitarra, acompañado de Shapaquito, quien hace llorar su mandolina, mientras Amachito canta con su voz melodiosa “Cuando salí de mi tierra, de nadie me despedí, huanuqueña, de nadie me despedí, huanuqueña, solo las flores del campo, lloraron sangre por mí, huanuqueña, lloraron sangre por mí, huanuqueña” este chimayche de plano te hace sentir y sufrir, porque desde niño escuchamos y cantamos, hasta zapateamos; por tanto, es un himno del sentir huanuqueño; se merece. un copón de shacta en memoria de su autor el profesor David Machuca Chocano, de quien fui su alumno en la primaria; allá, en la escuela de Teodoro Sánchez Soto (415) expresó Shatuco.

Los minutos y las horas transcurren dentro del mundo de los recuerdos, Shapaco manifiesta: Yo vestí el hábito morado, fui hermano cargador de la cuadrilla del Señor de Burgos, pertenecí a la quinta, en los años 70 y 80, fuimos los últimos en cargar para finalizar la procesión; casi siempre, el día central 28 de octubre a la media noche, ya para entrar a la Iglesia San Pedro, por el jirón Leoncio Prado nos “alcanzaba” la lluvia “loca”; a pesar de ello, continuamos, los fieles devotos “aladito” de nuestro ”señorcito” de Burgos, bien “mojaditos” acompañando al compás de la banda de músicos “Los Pillco Mozos”, bien al terno todos ellos, los hermanos de la hermandad y las sahumadoras en fila india bien al habito morado, totalmente mojados; a pesar de ello; todos continuamos, ya no se escucha los cohetes, pero si los cánticos religiosos en honor a nuestro Rey y Patrón, al llegar a la esquina de los jirones Mayro y Leoncio Prado, comenzaba la odisea para los cargadores, porque no estaba pavimentado hasta la iglesia, era totalmente barro, pisabas enormes charcos de agua, aquí los zapatos de los “cargadores” reventaban, la mayoría llegaba sin tacos o la suela desclavada, muchos de ellos eran “nuevecitos” “chilanguitos”, compradas recientemente. Así ingresamos triunfantes al templo “cargando” a nuestro Señor de Burgos, los devotos de pie aplaudían, mientras el párroco de origen alemán rezaba, al final todos recibíamos nuestra bendición, para luego retirarnos feliz, con los “pecados” descargados, los hermanos de la quinta nos dirigíamos a la casa del hermano mayor Manzano, quien cargaba conjuntamente con todos sus hijos, vivía en la primera cuadra de Mayro, donde era la recepción, un caldito de gallina de chacra nos servían con papita arenosa, cafecito caliente o shacta para calentar el cuerpo, recuerdo siempre a los hermanos mayores como don “Chucarro” Acosta con sus hijos pacho y chino, al hermano “chocolate” Chávez, siempre serio y elegante el, a los Ramírez quienes cargaban papa e hijos, los hermanos Figueroa eran como 6, todos altos y bien maceteados, el hermano general “dueño” del Banco de la Nación y el eterno presidente de la hermandad Pachito Espinoza y sus hijos, muchos otros más.
Los momentos tristes durante la procesión; es cuando, nuestro señorcito de Burgos llega hasta la puerta de la Cárcel sito en el jirón Constitución cuadra 5 de nuestro Huánuco querido, a visitar a sus hijos “encarcelados”, algunos de ellos, bien vestiditos salen a su encuentro llevando en sus temblorosas manos ramos de flores y velas, se arrodillan y oran con lágrimas en los ojos, claman su libertad, luego nos miran y se retiran con rostros tristes, son llevados nuevamente a sus celdas de reclusión, vi a mamas con sus hijos tiernitos encarcelados, es muy triste ver este cuadro, muchos hermanos cargadores lloraban.

Asimismo, llegar al Hospital “Nuevo”, sito en el jirón Hermilio Valdizán cuadra 9, en la puerta de ingreso nos esperaban niños y personas adultas, todos ellos enfermos, salen al encuentro de nuestro rey y patrón Señor de Burgos, cantan y oran pidiendo salud, más días de vida, muchos lloran, son minutos de mucha tristeza y en momentos cuando se retira nuestro Señor, quedan los niños llorando y con la esperanza de recibir la bendición de nuestro señor padre Jesucristo.
Otro momento similar; es cuando, nuestro Señor llega a la esquina de la Alameda y jirón Dos de Mayo, ahí lo esperaban niños huérfanos o abandonados del Hogar de Menores de Huánuco, cuya edad fluctúan entre los 6 a 12 años, bien vestidos todos ellos, cantaban, declamaban poesías y entregaban su ramo de flores, uno sentía cuando uno de ellos pide al taita Burgos, que traiga de regreso a su mamá y papa, para que lo recoja y vaya a casa, este cuadro era triste ver a niños en busca de sus padres, esto rompía el corazón, solo quedaba llorar y pedir a Diosito para que regresen sus papas.

Estos hechos marcan tu vida para siempre, el dolor se vive y para tolerar necesitamos un huaracañazo “purito” shacta, porque recordar esto duele el corazón y para disipar la pena un cigarrito Inca acompañado de su coquita verde de Puente Durand.

CONTINUARÁ…

 

* Economista, abogado y cronista huanuqueño “escribiendo con sentimiento”.

Foto: D.R. referencial.

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