
Durante la ceremonia inaugural del Día Mundial de la Alimentación, celebrada este jueves en la sede de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Roma, el Papa León XIV lanzó un contundente mensaje a la comunidad internacional: “Permitir que millones de seres humanos vivan y mueran golpeados por el hambre es un fracaso colectivo, un extravío ético, una culpa histórica”.
El pontífice estadounidense se desplazó desde el Vaticano para participar en los actos conmemorativos, que este año coinciden con el 80.º aniversario de la FAO. En su discurso, pronunciado en español e inglés, instó a los líderes mundiales a asumir con urgencia el compromiso de garantizar el derecho a la alimentación, especialmente en un contexto global marcado por el avance tecnológico y científico que, paradójicamente, convive con la persistencia del hambre.
León XIV también condenó el uso del hambre como arma de guerra, calificándolo como un crimen contra la humanidad y una violación del derecho internacional humanitario. Enfatizó que esta práctica, utilizada en zonas de conflicto, representa una de las formas más graves de vulneración de los derechos humanos, y exigió que los responsables sean sancionados por la comunidad internacional.
El evento contó con la presencia de dignatarios como la reina Letizia de España, el presidente de Uruguay Yamandú Orsi, y representantes de diversas organizaciones internacionales. Bajo el lema “De la mano por una mejor alimentación y un mejor futuro”, los participantes renovaron sus compromisos para erradicar la malnutrición y fortalecer los sistemas alimentarios sostenibles.
El Papa concluyó su intervención con un llamado a la acción: “No podemos seguir normalizando el hambre como parte del paisaje global. Es hora de actuar con valentía, justicia y compasión”. Su mensaje resonó como un recordatorio urgente de que el hambre no es solo una carencia material, sino una herida moral que interpela a toda la humanidad.