
En un giro contundente de su política exterior hacia Venezuela, el gobierno de Estados Unidos ha anunciado una recompensa de 50 millones de dólares por información que conduzca al arresto del presidente venezolano Nicolás Maduro. Esta cifra duplica la recompensa previa de 25 millones y supera incluso la ofrecida en su momento por Osama Bin Laden.
La fiscal general estadounidense, Pam Bondi, justificó el aumento alegando que Maduro es “uno de los narcotraficantes más grandes del mundo” y una “amenaza para la seguridad nacional”. Las autoridades estadounidenses lo vinculan con organizaciones criminales como:
- Cartel de los Soles (Venezuela)
- Cartel de Sinaloa (México)
- Tren de Aragua (Venezuela)
Según la DEA, se han incautado 30 toneladas de cocaína relacionadas con Maduro y sus socios, de las cuales 7 toneladas estarían directamente vinculadas al mandatario.
Además, el Departamento de Justicia ha confiscado más de 700 millones de dólares en activos vinculados a Maduro, incluyendo jets privados y vehículos de lujo.
Este anuncio se produce en medio de una escalada de tensiones entre Washington y Caracas. Estados Unidos no reconoce la legitimidad del tercer mandato de Maduro tras las elecciones de julio de 2024, que considera fraudulentas. En su lugar, respalda al líder opositor Edmundo González, quien presentó actas que demostrarían su victoria.
Reacción de Venezuela
El canciller venezolano Yván Gil calificó la recompensa como una “cortina de humo ridícula” y una “burda operación de propaganda política” destinada a distraer de los problemas internos de EE.UU. También acusó a Bondi de montar un “circo mediático” para complacer a la ultraderecha venezolana.